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“A las mujeres se les exige mucho más. Y, a veces, incluso exigiendo más, se minusvaloran sus méritos”

La directora médica del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, Ana Rosa García, es una de las pocas médicas con un puesto de alta dirección en Cantabria a pesar de que el 70 por ciento de colegiados son mujeres

La doctora Rosa Ana García Díaz estudió Medicina en la Universidad de Cantabria y, cuando terminó y aprobó el MIR, escogió Cirugía General y Digestiva en el Hospital Doce de Octubre de Madrid porque le gustan las especialidades quirúrgicas. Sin embargo, esta cirujana general también es diplomada en Gestión Sanitaria por la Universidad Autónoma de Madrid y experta en Gestión de Unidades Asistenciales por la de Cantabria y, en la actualidad, es la Directora Médica del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla y una de las pocas médicas con un cargo de alta dirección en Cantabria, algo que no parece razonable teniendo en cuenta que en la actualidad el 70 por ciento de los colegiados cántabros son mujeres. En esta entrevista para el COM Cantabria con motivo del Día de la Mujer, Rosa Ana García analiza la realidad de esta situación.

-La semana que viene celebramos el Día de la Mujer.  Eres una de las pocas médicas con un puesto de alta dirección en Cantabria, aunque ya hay muchas más mujeres que hombres ejerciendo la Medicina en la región ¿qué crees que ocurre?

Ya hay bastantes mujeres en puestos de responsabilidad en la Sanidad de Cantabria. Pero, ¿qué ocurre para que no se mantenga la proporción? En mi opinión, a las mujeres se les exige mucho más. Y, a veces, incluso, exigiendo más, se minusvaloran sus méritos. Yo he vivido situaciones así en varias ocasiones importantes de mi trayectoria profesional.

-Y con respecto a la igualdad  ¿se registran en Valdecilla con miles de empleados incidencias  sobre este asunto?

En cuanto a salario no hay diferencias. Pero yo creo, y creo que no me equivoco, que, sin embargo, en desarrollo y promoción profesional sí que existen diferencias importantes, que no se basan en méritos y capacidades.

 -Y a pesar de que  el esfuerzo por parte de instituciones es enorme para conseguir la igualdad continúa existiendo  brecha de género ¿crees que aún se deben invertir más esfuerzos?

El esfuerzo es enorme, pero, desde mi punto de vista, no se acierta con el método. Las leyes ya existen, pero de la teoría a la práctica hay una brecha enorme. Hay que pasar de las teorías a los hechos. No necesitamos campañas, carteles ni actos reivindicativos. Pedir sólo cuota, desde mi punto de vista, desacredita. Hay que pasar a las acciones: educando, evitando los prejuicios con objetividad y transparencia, promocionando la profesionalidad, la formación y la experiencia. Mis padres me educaron (y resalto la figura de mi padre) para que fuera exactamente igual que mi hermano en todos los aspectos de mi vida. La educación en este tema es fundamental.

-Eres la directora médica de Valdecilla, uno de los mejores hospitales del norte de España ¿puedes conciliar  vida laboral y familiar  desde ese puesto con tanta responsabilidad?

La puedo conciliar exactamente igual que la podría conciliar mi marido. Con muchas horas de trabajo. Conciliar vida laboral y familiar en la actualidad no tiene género. Y esta es una pregunta que no suele aparecer en las entrevistas que se le hacen a los hombres. A lo largo de mi vida me han preguntado en múltiples ocasiones, aunque se han equiparado los derechos entre hombre y mujer, en mi entorno se siguen ocupando más las mujeres que los hombres de la vida familiar, y no hablo de mi caso en particular.

-Como directora médica de Valdecilla ¿cuáles son tus funciones más importantes?

Mis funciones consisten en promover una atención sanitaria de calidad a los pacientes: que les procuren la atención que necesitan pronto y de forma eficaz. Mi área es la dirección médica, que es la responsable de la atención sanitaria, y esta es mi misión más importante, pero también soy responsable de la docencia para que nuestros futuros médicos aprendan la profesión en conocimientos, habilidades técnicas y, sobre todo, en la parte humana, que es importantísima. Y, por último, la investigación, no me canso de decir que el objetivo de la investigación médica no debe ser engrosar un currículum magnífico sino proporcionar nuevos tratamientos que mejoren la vida de los pacientes. Si la investigación médica no mejora la salud y la calidad de vida de la sociedad, habremos fracasado como colectivo médico.

-¿Y tus objetivos a corto y medio plazo?

Mis objetivos a corto y medio plazo son seguir manteniendo o incluso incrementando la oferta asistencial excelente de Valdecilla, tenemos un hospital que puede ser referencia en muchas patologías porque tiene profesionales magníficos con ganas de trabajar y este debe de ser nuestro reto. Valdecilla es la empresa más grande de Cantabria y debemos trabajar para mantenerla viva y para que genere empleo a su alrededor.

Por otro lado, hay que mejorar los datos de las listas de espera que tan dañadas han salido tras la pandemia, ahora estamos trabajando en este tema. Y algo muy importante es tratar de que tanto los pacientes como los profesionales recuperen la confianza en la sanidad pública española, que sigue siendo una de las mejores del mundo, a pesar de todo.

-Para terminar, seguro que hay una anécdota o historia que en el desarrollo de tu trabajo   te ha marcado o ha supuesto un hito en tu trayectoria, y quizá se haya producido por ser mujer……¿recuerdas alguna?

Hay anécdotas, pero no han sido agradables precisamente. Cuando terminé la residencia era una época difícil de mucho paro en la profesión médica. Mis compañeros que habían terminado la residencia al mismo tiempo que yo consiguieron a duras penas encontrar un trabajo en un hospital. Mis amigos y compañeros me contaban que sus nuevos jefes les decían que no querían mujeres en sus servicios de ninguna de las maneras. Yo, por mi parte, estuve durante más de un año y medio trabajando sin retribución alguna en un hospital comarcal. Al menos de este modo no perdía “mano” como solemos decir los cirujanos. Pero de todo se aprende. Esa es, ha sido y será siempre mi máxima.