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Cantabria registra una cobertura vacunal superior a la media nacional en 2017 y lidera la tasa de la vacuna hexavalente y contra el virus del papiloma humano

Sanidad estima que no seguir el calendario vacunal es irresponsable y supone un riesgo para la salud colectiva, dado el reconocido impacto positivo de las vacunas en la salud pública

Cantabria registra una cobertura vacunal superior a la media nacional tal y como se desprende de los datos estadísticos correspondientes al año 2017 publicados por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. En los casos de la vacuna hexavalente y contra el virus del papiloma humano lidera la tasa de cobertura nacional.

El incumplimiento del calendario de vacunación, aunque sea por una parte pequeña de la sociedad, supone riesgo para la salud colectiva. Si la cobertura vacunal de una población desciende el aumento de riesgo existe para la persona no vacunada y para los que se relacionan con ella.

La consejera de Sanidad, María Luisa Real, ha estimado que las campañas en contra de las vacunas protagonizadas por pseudosociedades científicas obstaculizan el objetivo de conseguir altas tasas de cobertura. Entre la profesión médica es unánime el consenso de que las vacunas han tenido un impacto muy positivo en la salud de nuestra sociedad, y por tanto no seguir el calendario recomendado es una irresponsabilidad.

Además, ha señalado que las vacunas constituyen un ejemplo de cómo la utilización individual de un recurso sanitario, aplicada con una metodología de salud pública, permite producir beneficios a la colectividad.

En Cantabria, la tasa de primovacunación (dosis administradas para conseguir una inmunidad adecuada) se ha situado en el 99,8% en el caso de la vacuna hexavalente (contra la difteria tétanos, tosferina, poliomielitis, infecciones por haemophilus influenzae tipo b y hepatitis B), en el 99,4% contra el meningococo C, en el 98,6% contra el neumococo, en el 97,7% la vacuna triple vírica, en el 95,6% contra la varicela, y en el 96,5% contra el virus del papiloma humano.

En lo que se refiere a la vacunación de refuerzo (dosis administradas para mantener la inmunidad a lo largo del tiempo), la vacuna hexavalente alcanza una cobertura del 99,2%, del 99,1% contra el meningococo C, del 99,4% contra el neumococo, del 97,6% la vacuna triple vírica, 19,7% contra la varicela y del 89,7% contra el virus del papiloma humano.

Estas tasas reflejan una cobertura vacunal en Cantabria superior a la media nacional. De hecho, en la tasa de primovacunación en la vacuna hexavalente y contra el virus del papiloma humano Cantabria ocupa el primer lugar, contra el meningococo C (4º), contra el neumococo (5º), la vacuna triple vírica (5º) y varicela (4º).

Por su parte, la cobertura vacunal dTpa (difteria, tétanos y tos ferina) en el caso de las mujeres embarazadas fue del 85,1% el pasado año, cerca de diez puntos más que en el año 2016. Estos datos reflejan una buena cobertura en Cantabria tras el cambio de pauta vacunal con la incorporación de las mujeres embarazadas para prevenir la tos ferina en los recién nacidos.

Los datos referentes a la vacuna del papiloma humano se corresponden con la cohorte de mujeres nacidas en 2004, y son fundamentales para establecer de forma adecuada un programa poblacional de cribado de cáncer de cervix entre las mujeres con edad superior a 25 años.

En cuanto a la vacunación contra la gripe, Cantabria ha registrado en 2017 una cobertura del 55,9% entre los mayores de 65 años, del 40,5% entre las mujeres embarazadas y del 34% entre el personal sanitario. Todas estas tasas se sitúan por encima de la media nacional.

Importancia de la vacunación

La Consejería de Sanidad ha recordado que las vacunas son un importante recurso sanitario, que ha permitido incidir con notable eficacia en el riesgo de padecer muchas enfermedades transmisibles al aplicarse de forma masiva a grandes grupos de población.

Sanidad ha destacado que el porcentaje de cobertura vacunal alcanzado en Cantabria es necesario para conseguir erradicar algunas enfermedades vacunables en España, como la poliomielitis o el sarampión. De hecho, recientemente la Organización Mundial de la Salud ha declarado a España libre del sarampión dentro del ámbito europeo.

Desde Salud Pública también se ha subrayado la importancia de planificar y evaluar los programas de vacunación, aspecto que posibilita no solo el conocimiento de la eficacia de dichos programas y sus coberturas, sino que permite adecuar la intervención a la situación epidemiológica real de la población.