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El COM Cantabria recuerda a los colegiados que el Programa de Atención al Médico Enfermo (PAIME) está a su disposición

La pandemia ha producido situaciones de estrés y exceso de trabajo en muchos facultativos que pueden generar problemas psíquicos

La alarma sanitaria ha terminado pero aún permanece un estado de alerta general por la pandemia que lleva a muchos médicos a abordar jornadas laborales más largas de lo habitual y situaciones de estrés que pueden generar problemas psíquicos, unos efectos secundarios que, además, pueden aparecer meses después de haber sufrido la sobrecarga laboral y emocional.  Esta es la razón por la que la Junta Directiva del Colegio de Médicos recuerda a todos los colegiados que existe el Programa de Atención al Médico Enfermo (PAIME) en el Colegio, en colaboración con la Consejería de Sanidad del Gobierno de Cantabria, para asistir de forma integral a los médicos que padecen problemas psíquicos, y/o conductas adictivas, con el fin de asegurar que reciban el tratamiento necesario y puedan ejercer la medicina correctamente.

El PAIME es completamente gratuito, confidencial y su puesta en marcha solo requiere una llamada al teléfono 629 777 101 que activará el servicio de asistencia sanitaria, atención social, soporte legal y asesoramiento laboral que el médico necesite.  Y la asistencia médica se llevará a cabo en la Unidad Clínica del PAIME, situada en un entorno confidencial, que tan sólo se comunica a los usuarios en el momento que precisan acceder a ella con un nombre ficticio, para preservar la identidad del profesional.

La Junta Directiva recuerda que los médicos, al igual que el resto de la población, sufren toda clase de enfermedades que han de ser diagnosticadas y tratadas, y que entre un 10 y un 12 por ciento de los médicos en ejercicio pueden sufrir en el transcurso de su vida profesional uno o más episodios de problemas psíquicos y/o conductas adictivas al alcohol, a otras drogas o a los psicofármacos.  Y cuando un médico está bajo riesgo de enfermar por estas causas, o bien ya está enfermo, puede incurrir en su práctica profesional en errores o negligencias con más facilidad y, además, las repercusiones de estas enfermedades en el ámbito familiar, en las relaciones con sus colegas y en el entorno laboral, son frecuentes y siempre negativas.