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El dermatólogo Íñigo Navarro gana el Premio al Mejor Expediente MIR del Colegio de Médicos de Cantabria

En la actualidad ejerce en el Servicio de Dermatología del Hospital de Cabueñes, en Gijón 

El Jurado del I Premio al Mejor Expediente MIR de Cantabria  ha otorgado el galardón a Íñigo Navarro Fernández, dermatólogo que ha hecho la residencia en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla aunque  en la actualidad ejerce en el hospital de Cabueñes de Gijón. El Premio, que celebra este año su primera convocatoria, está  patrocinado por el  Banco Santander  y dotado con 2.000 euros,    y tiene como objetivo poner en valor la calidad y el trabajo de los médicos de Cantabria y reconocer la mejor trayectoria en el sistema de formación pública de especialidades médicas en centros de la Comunidad Autónoma. Íñigo Navarro nos cuenta sus planes de futuro después de conocer que ha sido distinguido con el  I Premio al Mejor Expediente MIR del COM Cantabria

 

Has ganado el premio al mejor expediente MIR del Colegio de Médicos de Cantabria ¿qué ha supuesto para ti?

 Pues una gran alegría, la verdad es que no me lo esperaba. Por una parte, es muy bonito que se reconozca tu trabajo. Por otra, siento un gran agradecimiento por todos los que me han acompañado y ayudado tanto dentro como fuera del hospital.

– Dinos donde trabajas en la actualidad y cuáles son tus planes profesionales a corto y medio plazo. 

En la actualidad tengo contrato en el servicio de dermatología del hospital de Cabueñes, en Gijón. A largo plazo, quién sabe.

– Has vivido una pandemia sin precedentes en el último año ¿ha cambiado tus esquemas? 

 Lo cierto es que sí, nunca imaginé que iba a vivir una situación así. Creo que ha sido algo muy duro para todos, pero, en el fondo, creo que vivirlo como sanitario ha sido un privilegio por sentir que, por lo menos, podías poner tu granito de arena.

– ¿Y crees que cambiará el enfoque de la medicina?

 Creo que sí, por un lado, se están potenciando áreas como la telemedicina, que es algo que ya estaba en auge. Por otro, han quedado en evidencia ciertas carencias del sistema sanitario, que imagino se intentarán solucionar.

– En tu opinión, ¿qué lugar debe ocupar la investigación en la carrera de un médico?

Pues creo que es importante que haya médicos que investiguen, porque es la manera que tiene de avanzar el conocimiento. El ejercicio de la medicina te da acceso al mundo real de la enfermedad de donde, mediante la observación y la experimentación, se pueden extraer consecuencias útiles para mejorar en última instancia el manejo de los pacientes. Sin embargo, me parece perfectamente legítimo, y que no les quita ningún valor como profesionales, que haya otros médicos que elijan dedicarse únicamente a su labor asistencial.

– Y como médico joven ¿crees que ha cambiado mucho la vocación médica y que la tecnología hace que se pierda el contacto con los pacientes? ¿lo tuyo es vocacional?

 Creo que la vocación es solo uno de entre muchos motivos por los que alguien decide estudiar medicina, pero me imagino que siempre ha sido así. La tecnología ha cambiado radicalmente la forma de ejercer la medicina, y nos ha proporcionado herramientas para alcanzar diagnósticos más precisos y realizar tratamientos más efectivos, pero también ha provocado cierto distanciamiento en la relación médico paciente. Es algo que va a más, y está por ver si los médicos, como seres humanos, podremos seguir aportando algo o si, al final, todo será cuestión de inteligencia artificial y machine learning. No sé cuanta vocación tengo, pero desde luego, me gusta lo que hago y creo que me alegro de haber estudiado medicina.

– Para terminar, dinos si crees que los estudios de medicina y la residencia pueden mejorar o cumplen las expectativas para enfrentarte a la realidad de la Sanidad en nuestro país…..  

Desde luego, en las facultades de medicina en España (por lo menos, en algunas como la mía), uno se hincha de estudiar, pero no aprende a enfrentarse a un paciente ni a manejar la patología más básica. La residencia ya es otra cosa, estás en el hospital y verdaderamente aprendes; de adjuntos, de otros compañeros y, por supuesto, de los propios pacientes.