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Entrevista Día Mundial contra el Colesterol: “Se estima que la hipercolesterolemia está relacionada con casi el 20% de los ictus y con el 50% de las enfermedades cardiacas isquémicas”

El jefe de Sección de Medicina Interna de Valdecilla, José Luis Hernández, analiza la realidad de la hipercolesterolemia que padece más de la mitad de la población

El doctor José Luis Hernández estudió en la Universidad de Salamanca e hizo la especialidad de Medicina Interna en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla. Su extensa trayectoria profesional siempre ha estado vinculada a esta especialidad médica y, en la actualidad, es el jefe de Sección de Medicina Interna y el responsable de la Unidad de Lípidos y Riesgo Vascular de Valdecila, y también ejerce como profesor titular de Medicina de la Universidad de Cantabria. Este experto analiza para el Colegio de Médicos las consecuencias de la hipercolesterolemia con motivo del Día Mundial contra el Colesterol

El Día Mundial contra el Colesterol se celebra esta semana  y es mucha la información que se da al ciudadano sobre los efectos de la hipercolesterolemia pero ¿es suficiente? ¿está la sociedad concienciada de la importancia de mantener a raya el colesterol?

La información en temas de salud de la población nunca es suficiente. Además, debe estar sustentada en datos con el mayor nivel de evidencia científica y ser aportada de una manera entendible para cualquier persona, con el fin de que el mensaje conlleve una acción que le beneficie en términos de salud. En este sentido, son muchas las campañas informativas llevadas a cabo por los medios de comunicación en los últimos años. Sin embargo, los datos de los estudios científicos nos siguen diciendo que el grado de control de la hipercolesterolemia aun es deficiente en nuestro país y en el resto de países del mundo.

Más de la mitad de la población general española tiene cifras de colesterol mayores de 200 mg/dl y solo una cuarta parte recibe tratamiento. Además, en el caso de personas con diabetes o con enfermedad cardiovascular (infarto de miocardio, ictus, enfermedad arterial periférica), que tienen un riesgo muy alto de presentar nuevos problemas de este tipo, el control de la hipercolesterolemia también es subóptimo. Y es fundamental mantener un control adecuado de las cifras de colesterol, según el riesgo vascular que tenga el individuo (y que podemos calcular con las tablas de riesgo) y de sus niveles de colesterol LDL (el colesterol “malo”) en sangre. Tanto los médicos como los pacientes con hipercolesterolemia debemos esforzarnos en mantener el control óptimo de las cifras de colesterol.

-¿Cuál es la diferencia entre el llamado colesterol bueno y el malo?

Ambos son dos tipos de lipoproteínas (una combinación de grasas y proteínas) y son las encargadas de transportar el colesterol en la sangre. El colesterol HDL, se ha llamado popularmente colesterol “bueno” porque transporta el colesterol desde las arterias hasta el hígado, desde donde se elimina. El colesterol LDL o colesterol “malo” hoy sabemos que es un factor causal clave de la arteriosclerosis y cuando sus niveles son altos en la sangre, puede sufrir una serie de transformaciones metabólicas perjudiciales y dar lugar a la formación de las placas de ateroma que pueden obstruir los vasos y dar lugar a la enfermedad cardiovascular (infarto de miocardio, ictus). Por tanto, mantener un nivel óptimo de colesterol “malo” nos protege contra ella.

-Puede haber subidas de colesterol por cambios hormonales, ¿es menos peligroso en esos casos?  

Sí. Esto, de hecho, puede ocurrir en la mujer durante la menopausia, ya que desaparece el efecto beneficioso de los estrógenos sobre las cifras de colesterol y los niveles pueden elevarse, en especial en aquellas mujeres que ya presentaban una tendencia a tener el colesterol alto. Pero esto también se ha relacionado con una mayor ganancia de peso y un mayor sedentarismo en esta etapa de la vida de la mujer, por lo que controlar la dieta y hacer ejercicio en este periodo es también muy importante. Esa elevación del colesterol en la menopausia sigue siendo un factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares y se debe controlar.

En enfermedades del tiroides, como el hipotiroidismo, también se pueden ver elevaciones del colesterol que suelen mejorar con el control de la enfermedad tiroidea.

-¿Cuáles son los datos que arrojan las últimas investigaciones sobre los efectos de la hipercolesterolemia? ¿sabemos qué tanto por ciento de accidentes cardiovasculares produce?

La hipercolesterolemia es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular, y como he dicho, el colesterol LDL o colesterol “malo” tiene un papel causal en el desarrollo de la aterosclerosis. Cada reducción de unos 40 mg/dl de LDL colesterol evita un 20-25% de enfermedades cardiovasculares. El riesgo de enfermedad cardiovascular atribuible a la hipercolesterolemia es variable según los estudios epidemiológicos y la presencia de enfermedad cardiovascular previa, pero se estima que está implicada en cerca del 20% de los ictus y en el 50% de las enfermedades cardiacas isquémicas.

-Y con respecto a los tratamientos ¿hay alguna novedad para controlar el colesterol? 

Disponemos de tratamientos muy eficaces en el control de la hipercolesterolemia. Las estatinas siguen siendo los fármacos más prescritos por su demostrada eficacia en la reducción de enfermedades cardiovasculares. También tenemos otras medicaciones como las resinas o la ezetimiba que reduce la absorción de colesterol en el intestino. En el caso de pacientes de muy alto riesgo vascular y cifras de LDL no controladas con los fármacos anteriores, disponemos de medicaciones de administración subcutánea, los inhibidores de PCSK9 (evolocumab y alirocumab). Y en los próximos meses se espera que se financie el uso de dos nuevos tratamientos para reducir el colesterol: el ácido bempedoico (oral) y el inclisirán (subcutáneo).

-También hay muchos mitos alrededor del colesterol alto ¿puede desmontar alguno?

El clásico mito es el decir que el colesterol alto “es una moda”. Nada más lejos de la realidad, como lo avalan los estudios científicos que lo asocian de forma inequívoca con el riesgo de enfermedad cardiovascular. Otro mito es decir que es necesario “siempre” tomar medicación para bajar el colesterol. Esto es cierto en pacientes de riesgo cardiovascular alto o muy alto (hipercolesterolemia familiar, diabetes, pacientes con infarto o ictus), pero en otras personas es suficiente con mejorar su estilo de vida (dieta, ejercicio) sin necesidad de medicarse. Pero a pesar de tomar medicación para la hipercolesterolemia no se puede descuidar el estilo de vida saludable.

También puedo comentar que hay personas con el colesterol HDL alto (el colesterol “bueno”) y que reciben la información de que eso es algo muy favorable. Sin embargo, esto no siempre es así. Hoy sabemos que el HDL muy alto (cifras >90-100 mg/dl) puede que sea un colesterol que no cumple bien su función de transportar el colesterol desde el vaso sanguíneo hasta el hígado. Es decir, podría ser “disfuncionante” y no ser bueno en términos de mejorar el riesgo vascular, aunque este es un interesante tema de debate en la actualidad.

-Para terminar, ¿qué tres consejos fundamentales daría a los ciudadanos para evitar problemas derivados del colesterol alto?  

– Mantener un estilo de vida saludable, evitando el tabaco, haciendo una dieta mediterránea baja en grasas saturadas y practicando ejercicio físico durante al menos 30 minutos al día, adaptado a la edad y forma física de cada persona, de cara a evitar el sobrepeso y la obesidad.

– Si se tiene el colesterol elevado, se deben llevar a cabo los controles que el médico estime oportunos y seguir sus recomendaciones. No se deben tomar productos para bajar el colesterol sin un control médico o farmacéutico.

– Si ya se está tomando algún fármaco para reducir el colesterol, se debe procurar hacer un cumplimiento estricto de la medicación y seguir los controles periódicos que el médico de familia o el especialista en el hospital haya indicado para conseguir los niveles de colesterol óptimos. Conviene recordar que los medicamentos “no funcionan si no se toman”.