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ENTREVISTA DIRECTORA MÉDICA DE SIERRALLANA /// “En Sierrallana estamos inmersos en cambios importantes, como la apertura del nuevo edificio de consultas externas o el sistema de citas Pase y espere”

La directora médica de Sierrallana y Tres Mares, María Antonia Urbieta,  aborda una nueva etapa de los hospitales con cambios que mejorarán la calidad  asistencial

María Antonia Urbieta Quiroga  se licenció y doctoró en Medicina y Cirugía en la Universidad de Cantabria, es  especialista en Endocrinología y Nutrición, realizó su formación MIR en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla y, actualmente, es la Directora Médica de la Gerencia de Atención Especializada  (G.A.E.), Áreas III y IV, de los  hospitales Sierrallana y Tres Mares. Tras la pandemia de Covid-19 se enfrenta al reto de emprender una etapa prometedora en dos hospitales estratégicos para una gran parte de la población de Cantabria en la que destaca cambios importantes que van a mejorar la calidad asistencial de los centros y la enorme importancia de la coordinación con los otros hospitales del Servició Cántabro de Salud, en especial con Valdecilla.

-Como directora médica de Sierrallana ¿cuál es la situación actual del hospital con respecto al covid? ¿y cuál es estado de sus listas de espera? 

Hasta el momento, esta nueva ola Covid no ha supuesto una mayor demanda asistencial en la hospitalización en nuestra Gerencia ya que en las últimas semanas no hemos superado los cuatro pacientes Covid ingresados, pero el aumento de incidencia que se va observando en nuestro Área sanitaria nos hace prever que en los próximos días y semanas las necesidades de hospitalización van a aumentar, a lo que se puede unir la presencia de la gripe. Esto ha hecho que tengamos previsto un «plan de invierno» para la apertura y modificación de dispositivos asistenciales que permita hacer frente a estas necesidades, intentando mantener el resto de actividad asistencial lo más normalizada posible, especialmente lo que compete a procesos críticos, como la actividad quirúrgica.

​En cuanto a la situación de las listas de espera, en consultas hemos podido absorber el aumento de demora que se nos produjo fundamentalmente en la primera ola de la pandemia, no así en el caso de la espera para intervenciones quirúrgicas. Actualmente, y aprovechando al respiro que nos ha dado la hospitalización covid, estamos potenciando la realización de esta actividad quirúrgica en nuestros quirófanos tanto en el hospital Sierrallana como Tres Mares,  realizando también actividad de tarde para poder disminuir el incremento en las demoras que la pandemia nos ocasionó.

El hospital ha mantenido la actividad  médica a pesar de la pandemia, ¿verdad?

La actividad médica se ha mantenido en todo momento, ajustada a las necesidades asistenciales en las sucesivas olas pandémicas y las medidas de prevención de la trasmisión del SARS-Cov2 establecidas en cada momento.

Sierrallana y Tres Mares se gestionan de forma conjunta pero  ¿cómo va la coordinación con los otros hospitales?

La coordinación con los otros hospitales del Servicio Cántabro de Salud es absolutamente imprescindible porque además de unos objetivos comunes, compartimos las herramientas que soportan la asistencia que damos, como son la estación clínica médica Altamira, los sistemas de prescripción en hospitalización, de gestión de pacientes, etc…. En este sentido las direcciones médicas mantenemos un contacto permanente sobre todo para aunar las posibles diferencias en necesidades que los hospitales, por su diferente complejidad, tienen.

Además,  el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla es nuestro hospital de referencia por lo que desde el punto de vista asistencial hay una coordinación total entre las direcciones médicas para asegurar la continuidad asistencial de los pacientes.

Como directora médica ¿cuáles son los objetivos a medio plazo en los que trabajas?

Por supuesto, en primer lugar recuperar y mejorar nuestras demoras tanto en consultas externas como en cirugía, incrementando nuestra actividad e intentando potenciar todos los recursos disponibles. Además, en este momento en la Gerencia estamos inmersos en cambios importantes como son la apertura del nuevo edificio de consultas externas y  la adaptación de los espacios que han quedado libres para otros servicios. Esto conlleva también la incorporación de nuevos sistemas de gestión de las agendas y las citas, sistema «pase y espere», que obliga a una reorganización de la actividad asistencial que implica, por supuesto,  al personal facultativo, encaminada a mejorar la confidencialidad y eficiencia en las consultas. Otros objetivos importantes a medio plazo son, la modernización de los sistemas de gestión  y robotización de la farmacia o  la potenciación de la actividad en el hospital Tres Mares con la puesta en marcha del Convenio con Castilla y León.

 -Y ¿qué pedirías para Sierrallana por parte de la Administración?

Como directora médica soy parte de la Administración y por tanto me toca gestionar de la mejor forma posible los recursos que la sociedad pone para la asistencia que se nos pide.  Al mismo tiempo, como directora médica del hospital un deseo sería que la Administración y todos los implicados fuéramos capaces de hacer un ejercicio de planificación de los recursos humanos a medio y largo plazo, ya que, como siempre decimos, son el principal activo de la sanidad pública, necesita la inversión de mucho tiempo en formación, y ya vemos en la actualidad que el déficit de profesionales nos puede poner en situación crítica para asegurar la asistencia que queremos y debemos dar.

Eres una de las pocas mujeres con un cargo  de dirección en la Administración de Cantabria ¿por qué crees que es difícil encontrar a mujeres en estos puestos habiendo muchas más que hombres en la profesión médica?

En el Servicio Cántabro de Salud, si se ven los equipos directivos tanto de la Gerencia, como de las Gerencias de hospitales o AP o los cargos intermedios, al menos en la G. A.E. III-IV , tenemos una situación mejor en este aspecto que otras organizaciones. Mi opinión personal en este sentido, es por la doble presencia de la mujer en el ámbito familiar y profesional,  por la conciliación familiar que hace que en determinadas épocas de su vida laboral, también en la profesión médica, vean limitado su acceso a estos puestos.