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La Fundación del Colegio de Médicos “Dr. Marino Marina” organiza un viaje a Paredes de Nava y Palencia

Se realizará el sábado 15 de febrero, saliendo el autobús de San Martín, a las 08,30 de la mañana, para regresar a las 21,30 horas a Santander. Reunión convocada para el lunes día 3 de febrero en el Colegio a  las 12,30 horas

Paredes de Nava, en Tierra de Campos y a 20 Km. de Palencia, es cuna de Pedro Berruguete (1450-1503), pintor a quien toca la transición en la pintura española, del gótico al renacentista, y padre de Alonso González Berruguete, nacido aquí en 1490 y que fallecerá en 1561 en Toledo. Fue arquitecto, pintor, y escultor castellano del manierismo.

Paredes de Nava junto a Castilla, tuvo su esplendor desde el siglo VIII hasta el XVII, elevando a cotas insospechadas sus manifestaciones culturales. Señalan su decadencia, a partir de nacer el Estado moderno que planteó Isabel La Católica, unificando todos los reinos ibéricos, lo que va contra el independentismo y la idiosincrasia castellano-leonesa, que se agudiza al declinar la Casa de los Austria.

Con Carlos V Emperador y tras las Guerra de las Comunidades, retroceden las libertades sin que se haya recuperado el declive castellanoleonés, siendo la idea Carlista, crear un Imperio de Monarquía cristiana universal, que lleva a la globalización, aplicando las dinastías borbónicas leyes centralizadoras del país.

En el paleolítico el hombre es depredador, ayudado por la piedra, y comienza el fuego. En la Laguna de La Nava, que no era profunda, habitó el hombre primitivo, y hay restos de palafitos. Después aparecerán, chozas, poblados, que se van agrupando en pueblos-ciudades, y se van dispersando por las invasiones a partir del siglo V, apareciendo poblados y villas romanas, y tras esto, vendrá la dominación visigoda. En el siglo VIII con las correrías de Alfonso I, se devastan muchos poblados, y se repoblarán en el IX con Alfonso III.

En el siglo X, hay datos fidedignos de esta tierra, donde se van extendiendo la aristocracia y los monasterios (que favorecían los Reyes para aumentar la seguridad de los pobladores y sus frutos), y había familias que tenían abundantes terrenos. En 1126 con Alfonso VII, llegarán los Fueros a Paredes y otras villas, y van aumentando los repobladores, gallegos, vascones, cántabros y francos, que se agrupan alrededor de su patrono y sus respectivas iglesias; de esta forma hay, cuatro grandes iglesias, una aljama musulmana, una sinagoga judía, y ocho barrios, estando la villa amurallada, con 6 puertas, y contaba en 1412 con 908 casas y 3.200 habitantes, pagando las casas unos impuestos que no pagaban, los eclesiásticos, las de linaje, algunas profesiones, y los pobres.

En 1283 con Sancho IV de Castilla y León, Paredes es realengo y pertenece al Rey, habiendo guerras en 1295 por su posesión, pasando Paredes al Infante D. Juan, y posteriormente a su hijo, que será ejecutado por Alfonso XI, adjudicándose de nuevo Paredes el Rey.

Pero tras siete años, se lo adjudica de nuevo a su hijo y deja de ser realengo, y seguirá como Señorío de Paredes de Nava, pasando por ella varias Casas nobles. En 1371 matan a su Señor, el aragonés Felipe de Castro, por lo cual la atacan los Velasco junto al Rey; venciendo, matan a los revoltosos, y la multan con un impuesto de 5.000 doblones de oro, lo que reduce terriblemente las posibilidades económicas de su población.

Existía aquí una judería, que era una de las más importantes del Duero, y con Pedro I de Castilla era la que más rentaba a la Corona, incluso más que Valladolid. Pero derrotado Enrique II por los Trastámara, se desmoronan las sinagogas judías, siendo saqueadas, devastadas y cargadas con grandes tributos; por ello, en 1412 todos los judíos se hacen cristianos, pero ello no mejoró la convivencia de los habitantes. Ya en 1329, los clérigos habían hecho una hermandad o cabildo junto a sus ayudantes, pero a los de menor grado solo se les admitía si tenían bachillerato, y posteriormente se admitieron laicos pagando una renta; el abad gobierna el cabildo, y las reuniones son en la Iglesia de Santa Eulalia, estando protegidos por los señores y los Reyes. Frente a ellos, el concejo municipal ponía impuestos y reglas fiscales, de las que los eclesiásticos están exentos.

Los Infantes de Aragón tenían privilegios en Castilla, hasta que Alfonso V de Aragón firma una tregua, y de nuevo los aragoneses dejan de mandar en Castilla, instaurándose los Manrique desde 1429, siendo Rodrigo Manrique el primer Conde de Paredes (1440), y permanecen hasta 1570, pues se acaban los descendientes, y brotan guerras en la corona castellana.

Pero es a partir de 1440, cuando nace la época de los ilustres: aquí están, Jorge Manrique gran poeta, Pedro Berruguete gran pintor, Alonso Berruguete, arquitecto, escultor y pintor, genio del arte del Renacimiento y creador del barroco. De esta forma Paredes de Nava brilla con fuerza en el Renacimiento de Castilla y de toda España. Pero tras esto, comienza la decadencia, que durará en esta zona hasta nuestros días.

La gran importancia que tuvo Paredes en la Edad Media, explica su abundante arquitectura religiosa. En el XV, tuvo cuatro demarcaciones parroquiales: Santa Eulalia (con magnífico órgano ibérico), Santa María (también con igual órgano), San Juan, y San Martín (hoy Centro de Interpretación de Tierra de Campos). Se hizo posteriormente, lo correspondiente al Corpus Christi, en donde estuvo la aljama musulmana, y después San Francisco. Pero la ingeniería civil, ha dejado pocos monumentos blasonados en piedra y ladrillo.

El Canal de Castilla, hecho en el XVIII para exportar los cereales excedentes, se usa hoy para regadío de Palencia, Valladolid y Burgos, y para turismo. Recorre 207 Km., tiene 49 esclusas, desnivel de 141 metros, 4 acueductos y 3 represas, con 66 puentes, 4 dársenas, muelles, molinos de harina y papel, ferrería, astilleros, etc. que no se han aprovechado; además, a medida que crece el tren, su importancia y utilidad es menor, y formando como una Y, sus vértices están en Alar del Rey y Medina de Rioseco al norte, Valladolid al sur, siendo Paredes de Nava el canal central.

En 1477 se menciona al pintor Pedro, español trabajando en el Palacio de Urbino, bajo el mecenazgo de dicho Duque, y se le identifica con Berruguete, pues marchó muy joven a Italia a formarse (y en Salamanca lo hizo con Fernando Gallego), y allí conoce a artistas del Quatrochento, aprendiendo las técnicas y maneras renacentistas en variados gestos naturales, la anatomía, el dominio del espacio, con arquitectura y decoración renacentista, aún no evidente en su pintura, cuando en 1483 vuelve a España, aunque a Italia se refiere su colaboración trabajando con otros pintores (el retrato de Sixto IV del Louvre, y del Duque en el Palacio de Urbino), citando Pablo de Céspedes en 1604 en su escrito de Córdoba, a Berruguete El Viejo.

En 1478 viene a casarse a Paredes, y se cree pintó allí entonces sus tablas de Santa María del Campo. Pero al volver a Castilla, su clientela es sobre todo eclesiástica, y su producción pintura de altar, y en 1483 o 93 decora los muros del Sagrario Viejo de la Catedral de Toledo, y en Paredes el retablo de Santa Ana y la Virgen (85-88) y en Toledo en el 94, para el Inquisidor Torquemada, el retablo mayor del Convento de Santo Tomás de Ávila que, desmembrado, en el Prado se conserva algunas tablas, destacando el Auto de Fe que preside Santo Domingo de Guzmán.

Posiblemente trabajó al servicio de Isabel la Católica y, en 1499, entrega el San Juan Evangelista en Patmos (el antiguo Alcázar de Madrid), que se conserva en la Capilla Real de Granada. Para Beatriz Galindo, preceptora de la Reina Isabel y fundadora del Hospital de la Latina en Madrid, pinta en 1520 para este, entre otras, la Virgen con el Niño en un Trono para su capilla, obra que, al ser demolido en 1906, pasa al Museo de Historia de Madrid. Tras 1500, pasa sus años finales en Paredes, reapareciendo en su obra la influencia del Renacimiento italiano, en la perspectiva y la luz, no siempre lograda, al mostrar menos detalle en figuras más sobrias y arcaicas.

Se agrupa su obra en tres etapas: 1ª (1471) Verificación de la Cruz de Cristo (Iglesia San Juan de Paredes), y la Adoración de los Magos; 2ª (1471-83 con viajes a Italia, interrumpido por su boda en el 78) con retratos del Palacio Ducal de Urbino, y retratos de hombres ilustres en el Louvre y varios museos: 3ª (1483-1503) en Castilla y más en Palencia, adaptando a esta gente, más conservadora, lo aprendido en Italia del gótico.

Su obra maestra en el retablo mayor de Santa Eulalia de Paredes es, los Reyes de Judá, con fondo dorado.

Palencia, cuna del castellano y primera Universidad de España, estuvo habitada desde muy antiguo: hay huellas de culturas centroeuropeas, con pueblos nómadas ligados a la tierra. Ya la pretendieron los romanos 150 años a.C., y en el 72 a.C., Pompeyo tomó los últimos reductos. En el siglo V sufre la invasión de suevos y vándalos, que destruyen los vestigios de cultura, pero posteriormente, con los Obispos Amancio y Arsenio vivirá épocas de esplendor. Hubo un edificio visigótico en el siglo VII, cuyos restos están en el fondo de la cripta de San Antolín, construido sobre restos romanos por Wamba, para guardar los restos traídos de San Antolín, desde Narbona, el año 672.

Tras invasiones, plagas y epidemias, vuelve la miseria, y será Sancho III El Mayor, Rey de Navarra quien, tras la dominación musulmana, reconstruye la ciudad, e instaura aquí la diócesis palentina el año 1035, y la Sede Episcopal siendo obispo Ponce, e igualmente, asistirá personalmente junto al obispo, para consagrar la cripta de San Antolín sobre los restos visigóticos.

Es con Alfonso VIII (1158-1254) cuando brilla el esplendor al otorgar Fueros a la ciudad, la concede un Concejo libre, y se funda la primera Universidad de España. En 1219 siendo obispo Tello Téllez, se consagra la Catedral de San Antolín, primer edificio románico, predecesora de la actual, construida de piedra y con techo de madera, en el solar en que antiguamente hubo un templo pagano, y después uno paleocristiano, del que no queda nada. Tenía esta Catedral, tres naves, claustro y sala capitular, y su ábside sería lo que ahora es la capilla mayor, con esculturas de piedra policromada, el sepulcro de Urraca (hija de Alfonso VII), y el altar de piedra de la Capilla del Sagrario, junto a su reja románica, que se conserva. Pero con Alfonso X El Sabio (nacido en 1221), reaparece una gran inestabilidad de todo tipo y, finalmente, Palencia quedará desolada con la guerra mantenida entre Pedro I y Enrique de Trastámara.

 En 1321, ya es Palencia una ciudad prestigiosa, y se pone la primera piedra de la parte gótica del templo, a lo que asiste el legado pontificio (cambio inspirado en la Catedral de Burgos), comenzando por la girola, siete capillas, y seguirá la construcción avanzando, con más o menos prisa y obra, según la situación de la economía y la ayuda de mecenas, sobre todo obispos y algunos nobles, por lo que en el siglo XV se hace parte de, las tres naves, la torre, y la nueva capilla mayor, y en el XVI con Gil de Hontañón (1516), se cierran las bóvedas de la zona de los pies, siendo en los últimos 30 años cuando más obra se realiza.

La Catedral de San Antolín junto al Cristo del Otero, son el símbolo de Palencia, sobre todo la primera, primer monumento de Palencia declarado Monumento Nacional, en 1929. La Catedral Basílica de San Antolín, sede Episcopal de la Diócesis Palentina, alberga parte de las reliquias de San Antolín, mártir y patrón de Palencia. Y aunque su aspecto exterior, no es tan impactante o extraordinario como el de otras catedrales, su interior es impresionante e importantísimo, no anunciado ni imaginado por su exterior, apareciendo en las encuestas como lo mejor que ver en Palencia, por lo magnífica y bien conservada. Lo más reconocido por fuera es, su torre sobria, elevada y tosca, perteneciente al gótico, debido a que primero fue torre militar y, ya sin esa función, se aprovecha para la catedral y, como decoración, solo se añaden pináculos y espadañas. La torre está en la fachada sur entre dos puertas, existiendo en total cinco puertas. El exterior muestra la cabecera al este, y sus tres fachadas, al norte, sur y oeste.

La Catedral (también llamada la bella desconocida), es la tercera catedral española en tamaño, y de gran belleza, así como sus dos criptas, una anterior visigótica y otra previamente prerrománica. De interior espléndido y diáfano, es una joya, y lo mejor de ver en Palencia, aunque aquí haya mucha arquitectura religiosa, por lo que no cansa volver a ver sus bóvedas, sus vidrieras, pinturas, imágenes, rejas, el arte de sus puertas, la Cripta de San Antolín (obra del Greco), y ver la evolución del gótico del XIII al XV. Por otra parte, los restaurados edificios colindantes merecen un paseo.

Aunque de estilo predominantemente gótico, conserva elementos de época visigótica y románica, y tiene elementos decorativos renacentistas, barrocos y neoclásicos. Su construcción comienza en el XIV, única gran catedral castellana que se inicia en este siglo, y es la tercera de España por sus dimensiones (130 m. de longitud). Su ábside, de 30 m. de altura y casi 50 de anchura en el crucero, tiene otros tantos en el claustro y sala capitular. Su exterior austero y macizo, casi carece de fachada propiamente, y es desproporcionado con su interior, impensable, con más de 20 capillas, de gran interés histórico y artístico. Aunque en teoría construida del XIV al XVI, casi se ha tardado 14 siglos en construirla, pues lo más antiguo, su cripta de San Antolín, es del siglo VII, y en el XX ha habido importantes obras y reformas.

La Catedral, de planta de cruz latina, tiene doble crucero, formando una cruz patriarcal pues, estando construyendo el primer crucero, se decide sustituirle por un segundo más monumental, sin que sobresalga en la planta y marcándole en altura. En su interior tiene, la nave de la epístola, la del evangelio, y siete capillas: dos centrales (la del Sagrario y la capilla mayor, con el retablo mayor); 5 capillas en la girola (San Miguel, Nuestra Señora la Blanca, Capilla del momento, Capilla de San José, y de los Reyes o de San Pedro); dos edículos (capilla del Baptisterio y el Arco de San Martín); el Coro, el Trascoro, y otras 8 capillas en la nave norte (San Sebastián, San Jerónimo, La Purísima, San Fernando, San Ildefonso, San Gregorio, Santa Lucía, y capilla del momento), además del Claustro y la Sala Capitular. El Claustro es un espacio cuadrado con bóveda de crucería, y ocupa la pared lindante con la nave de la epístola, con una portada del siglo XV y otra portada renacentista, con tallas de los discípulos, de Alonso Berruguete. Su sala capitular es del XVI.

El Museo Catedralicio, no acoge el Museo Diocesano (ubicado en el antiguo Palacio del Obispo), y solo tiene tesoros de la catedral, y está repartido entre el claustro, la Sala Capitular y otras dependencias, mostrando: Píside románica esmaltada del XIII; retablo mayor esculpido con el descendimiento; de Berruguete, el díptico del Calvario y la Piedad; escultura de Santa Ana de 1510; Cáliz germano del XVI, regalo de Carlos V; gran cuadro del altar del XVII, con Desposorios de Santa Catalina; custodia procesional en plata del XVI, renacentista; y el Martirio de S. Sebastián, magnífica obra del Greco.

En cuanto a Tapices, hay varias series de tapices del XVI, la mayoría regalo del Obispo Fonseca, algunos en los muros de la capilla mayor, y tratan de Salve Regina, y del Antiguo y Nuevo Testamento, procedentes de los talleres de Bruselas, y el parisino tapicero del Rey Francisco I de Francia. El Museo presta servicios culturales, exposiciones, archivos, coro y capilla de cantores, taller para conservación del patrimonio, asociaciones, guías y escuela, conserje, organista y campanero.

Como resultado de la encuesta dirigida a turistas, preguntando, cuáles han sido los 8 monumentos que más les han gustado e impactado, de la provincia de Palencia, en orden decreciente son: 1º La catedral de San Antolín; 2º La Cueva de los franceses; 3º La iglesia de Santa Eulalia; 4º El Cristo del Otero, patrón y símbolo de Palencia, impresionante e inacabado. Con 20 m. de altura, es el más elevado de Europa y el segundo del mundo, tras el de Brasil. Su cara desde arriba es espectacular, y desde aquí se divisa todo Palencia. Hay más obras del palentino Victorio Macho aquí, y en Toledo. Esculpido en piedra, sobre un cerro, tiene una ermita bajo sus pies, y de aquí parte una escalera por su interior, que llega hasta los ojos del Cristo, y debajo existe un bonito museo De Victorio. Se puede subir en coche los días laborables. 5º La Iglesia de San Lorenzo; 6º El Monasterio de Santa Clara, edificio con gran valor arquitectónico; 7º monasterio de Santa Cruz de Zarza; 8º como lugar histórico, Valdeolmillos, con galería de retratos de gran verismo de David, Salomón, Ezequías.

En el Museo Parroquial de Santa María, en Becerril de Campos, La Adoración de los Reyes y la Anunciación. En el Museo Diocesano de Palencia, Los Pretendientes de la Virgen, y la Crucifixión. En la Catedral de Palencia, La Lamentación sobre el Cuerpo de Cristo. En la Asunción de Santa María del Campo (Burgos), El Bautismo de Cristo, y La Decapitación del Bautista del retablo del Bautista (1483), con utilización del color. Su último encargo, el retablo mayor de la Catedral de Ávila (no terminado al morir), son tablas de la vida de Cristo, de fondo dorado y estilo gótico, con figuras rígidas, concluyendo el retablo Juan de Borgoña.

Este viaje cultural que abona la Fundación Colegio de Médicos de Cantabria (autobús, entradas, guías) queda limitado a 40 plazas, pudiendo cada colegiado acompañarse de dos miembros familiares, debiendo los interesados abonar solamente el costo de la comida, que es de 40,00 € por persona encargándose la Fundación, de reservar el menú en el restaurante elegido, para el número de comensales correspondientes al viaje. Si llegado el día 10 de febrero, no estuvieran todas las plazas cubiertas, pudiera invitarse a otros amigos, etc. pero estas plazas deben abonar además del menú, otros 25,00 € por viajero.

 COMO SIEMPRE, los interesados en el viaje deben pasar ya por el Colegio, apuntarse dejando el nombre del colegiado, un teléfono de contacto y cuantas personas son, y pasar ya por una oficina del Banco Santander, poniendo su nombre y abonando la cantidad que corresponda (según lo que hemos indicado por viajero) en la cuenta de viajes ES 48 0075 0145 9906 0446 3029. Quien aunque se haya apuntado, no haya abonado la cantidad correspondiente para el día 10 de febrero, estimamos que no irá, y es plaza disponible.

 El próximo lunes día 3 de febrero, a las 12,30 horas, está convocada una reunión de compañeros en el Colegio, relacionada con los viajes culturales, a la que esperamos asistáis, y donde comentaremos los proyectos para futuros viajes, para lo que solicitamos vuestra ayuda, y encontrar los proyectos más adecuados y favorables para todos, por su calidad y su buena economía.