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Los indianos cántabros trajeron a la región la modernidad y el desarrollo a lo largo de los siglos

La doctora en Historia del Arte y Directora del centro universitario CIESE-Comillas, Celestina Losada Varea, intervino en el Aula de Cultura del Colegio de Médicos con la conferencia sobre La llegada de la modernidad a Cantabria. Un empeño indiano

La decana del centro universitario CIESE-Comillas, Celestina Losada Varea, afirmó ayer que los indianos “trajeron a Cantabria la modernidad y propiciaron el desarrollo en nuestra región, muy especialmente en los medios rurales, en donde se produjo un gran cambio, tanto en salud, cultura y educación”.

La doctora en Historia del Arte y Máster en Patrimonio Histórico y Territorial, intervino en el Aula de Cultura del Colegio de Médicos con la conferencia sobre La llegada de la modernidad a Cantabria. Un empeño indiano.

El acto, que fue presentado por el presidente del Colegio de Médicos de Cantabria, Javier Hernández de Sande y el coordinador de las Jornadas, el doctor Aurelio González Riancho, completó el aforo del salón de actos del Colegio.

En su intervención, la conferenciante hizo un “retrato” de la aportación de los indianos a su “patria local”, tanto en su legado arquitectónico como en el protagonismo que tuvieron en la introducción de modernas iniciativas que sin duda favorecieron la dinamización de muchas poblaciones cántabras.

No obstante, la conferenciante comentó que los “indianos” se fueron con la ida de buscar un futuro mejor, pero sólo uno de cada diez regresó enriquecido y muchos volvieron con miseria.

Para Celestina Losada, el fenómeno indiano dejó en Cantabria un paisaje salpicado de arquitecturas y obras de ingeniería que constituyen el legado de un dilatado proceso histórico de más de cinco siglos, “a lo largo de los cuales, la población montañesa encontró en la emigración trasatlántica la puerta a un mundo lleno de posibilidades”.

Según la doctora en Historia del Arte, para los que tenían negocios comerciales, la emigración a tierras americanas supuso la ampliación de sus redes mercantiles. Para burócratas, eclesiásticos o militares, supuso un nuevo escenario profesional; “pero en la mayoría de los casos la experiencia no fue satisfactoria. Para una inmensa mayoría, todo se quedó en un sueño que no tuvo el final esperado para ellos, el de mejorar su calidad de vida y la de los suyos”, explicó Celestina Losada.

Losada Varea hizo un recorrido por algunos de los mejores ejemplos de arquitectura indiana –aquella que se sufraga con los capitales generados en tierras indianas o americanas– de la región, con el fin de abarcar las distintas realidades de las que nos hablan. Casas, hospitales, escuelas, asilos, iglesias y todo tipo de obras públicas (carreteras, puentes, pósitos, traídas de aguas o fábricas), constituyen en Cantabria un valioso patrimonio que ya ha sido objeto de un completo y profundo análisis (Aramburu-Zabala, M.Á. y Soldevilla Oria, C.; Arquitectura de los indianos en Cantabria (Siglos XVI–XX). 2 vols. Librerías Estudio, 2007).

La conferenciante a lo largo de su intervención se centró especialmente en personalidades tan significativas de la segunda mitad del siglo XIX como el marqués de Manzanedo, el marqués de Comillas y, muy especialmente, el marqués de Valdecilla, por su especial vinculación con la construcción en 1929 del complejo hospitalario de Valdecilla que implantó en Cantabria, uno de los modelos sanitarios más modernos de Europa.

“Todo ello, junto con la importantísima labor filantrópica en base a la construcción de escuelas, se traduce en la materialización de un convencimiento que se presume común al indiano: todo cambio en la sociedad empieza por la educación. Sólo esta promueve un avance en los modos de vida y, con ello, en el desarrollo y progreso de dicha sociedad”, explicó Celestina Losada.