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Las mascarillas y los EPI deben estar fabricado con materiales hidrófilos para reducir el riesgo de infección

11/08/20 Las mascarillas, los materiales de los EPI deben estar fabricados con materiales hidrófilos, donde las gotas de coronavirus se extiendan y se sequen más rápido, lo que podría reducir el riesgo de infección, según un estudio del Instituto Indio de Tecnología de Bombay que publican sus autores en la revista ‘Physics of Fluids’

Dado que el COVID-19 se propaga a través de gotitas respiratorias, los investigadores de la India se propusieron explorar cómo se secan esas gotitas depositadas en máscaras faciales o superficies tocadas con frecuencia, como picaportes de puertas o pantallas táctiles de teléfonos inteligentes.

Las gotitas se pueden expulsar por la boca o la nariz al toser, estornudar o simplemente hablar. Estas gotas son diminutas, alrededor del doble del ancho de un cabello humano, y los estudios han demostrado una probabilidad sustancialmente reducida de infección una vez que se secan. Rajneesh Bhardwaj y Amit Agrawal, profesores de IIT Bombay, apuntan que las propiedades humectantes de la superficie para reducir el tiempo de secado de las gotas podrían ayudar a disminuir el riesgo de infección por coronavirus.

«Queríamos cuantificar el tiempo de secado de las gotas en varias superficies y hacer una recomendación para los tipos ideales de superficies para máscaras y equipos de protección personal (EPP) basados en el tiempo de secado», explica Bhardwaj. Al estudiar el tiempo de secado de una gota para diferentes ángulos de contacto, se pueden estimar las posibilidades esperadas de supervivencia del coronavirus en una superficie utilizando un modelo de física matemática.

«Nuestros cálculos del tiempo de secado en función del ángulo de contacto muestran que la gota se seca aproximadamente cuatro veces más rápido en la superficie hidrofílica que atrae el agua que en la que repele el agua. Esto reducirá drásticamente las posibilidades de supervivencia del virus», añade Bhardwaj. Su trabajo también muestra que, al adaptar la humectabilidad de la superficie y el tiempo de secado, se pueden reducir las posibilidades de infección.

«Hacer una superficie más hidrófila reduce el tiempo de secado, y es recomendable usarlo para máscaras, EPI y superficies que se tocan con frecuencia donde es más probable que ocurran brotes, como las áreas comunes dentro de los hospitales», apunta Agrawal.

En el caso de las mascarillas N95, las quirúrgicas y la ropa para el cuerpo del PPI, una reducción al ángulo de contacto de una superficie hidrófila implica que las posibilidades de infección por COVID-19 se reducirán a la mitad. «Recomendamos reducir el ángulo de contacto de la superficie de las máscaras faciales y las superficies que se tocan con frecuencia», destaca Agrawal. La mayor sorpresa fue su descubrimiento de que el tiempo máximo de secado se produce en un valor de ángulo de contacto intermedio de 148 grados.

«Esto implica que una superficie superhidrófoba debe hacerse aún más superhidrófoba para reducir el tiempo de secado –explica Agrawal–. «Esto es contradictorio, porque normalmente pensamos en hacer una superficie más hidrófila, reduciendo el ángulo de contacto, para reducir el tiempo de secado».

Este trabajo proporciona una mejor comprensión de la supervivencia del coronavirus dentro de una gota que se seca, lo que puede ser útil para predecir la supervivencia de otras enfermedades transmisibles que se propagan a través de las gotas respiratorias, como la gripe.