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Entrevistas Post Covid


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Imágen del Dr. Lorenzo Alonso Vega

Dr. Lorenzo Alonso Vega. Director médico del Hospital de Laredo

En primer lugar, quiero agradecer al Colegio de Médicos de Cantabria, personalizando en su presidente Don Javier Hernández de Sande, por su sincera preocupación por todos los colegiados durante toda la pandemia, por sus mensajes de ánimo y ahora por darme la oportunidad de dar a conocer un poco la actividad desarrollada en el Hospital Comarcal de Laredo.

Durante estos meses tan complejos, el encomiable y delicado trabajo de todos los profesionales sanitarios y no sanitarios, tanto del Hospital Comarcal de Laredo como del Servicio Cántabro de Salud,  de la Consejería de Sanidad y de otras consejerías, ha conseguido unos resultados que no hubieran sido los mismos sin su dedicación. Es por ello que quiero aprovechar esta oportunidad para transmitirles mi mayor reconocimiento.

Gracias a todos.

 

Estamos en la etapa post pandemia tras un largo camino recorrido contra el Covid-19. ¿Tenéis datos que os indiquen que puede haber un rebrote significativo?  o ¿los pequeños focos de Cantabria son los normales por la influencia del contagio masivo que sufrimos?

Los datos a fechas de finales de julio de 2020, realmente no son nada halagüeños, por la existencia de brotes que afectan a un número elevado de personas, aunque están siendo controlados gracias a la labor de los rastreadores y de todo el personal sanitario que está implicado en la lucha contra el Covid 19.

Por tanto, confiamos en que no se produzca un rebrote significativo.

No obstante, el personal sanitario sigue alerta, manteniendo las medidas preventivas, como la higiene de manos, el uso de mascarillas quirúrgicas y la distancia social, al igual que la población general.

A estas medidas básicas, se suman además otras propias de las instituciones sanitarias: como la determinación de la PCR a todos los ingresos, intervenciones quirúrgicas, partos, cesáreas, pruebas diagnósticas invasivas, etc; la realización de un cuestionario clínico-epidemiológico a los pacientes que acuden a consultas, mantenimiento de circuitos asistenciales separados para pacientes COVID/ NO COVID en la Unidad de Urgencias, adecuación del uso de las EPIs en relación al nivel de atención y el riesgo del contacto, seguimiento de los contactos, y otras medidas que sería largo de enumerar.

Respecto a la segunda pregunta, no soy un experto en epidemiología, pero he podido observar que las medidas de protección no son seguidas por igual por toda la población. No quiero poner el énfasis en ningún grupo en concreto, pero la relajación de las medidas de prevención puede provocar, como está haciendo, un repunte de casos que, aunque no revisten la gravedad de la época de marzo y abril, y no precisan de ingreso en su mayoría, sí que pueden provocar una segunda oleada epidémica. Por tanto, todos debemos seguir las recomendaciones para evitar una segunda onda epidémica, no podemos relajarnos y bajar la guardia.

Y aunque no haya rebrotes muy importantes ¿habéis previsto que otras epidemias con las que ya convivimos, como la gripe, pueden crear alarma y confusión por su sintomatología y colapsar el sistema público de Salud en momentos críticos como en los meses del otoño?

También en este sentido nos estamos preparando en Laredo, Cantabria y el resto del país, de tal manera que los pacientes con clínica respiratoria o sintomatología sugestiva de COVID, van a ser tratados inicialmente como sospechosos. Entre las medidas iniciales a tomar, una va a ser descartar una u otra patología, de forma que puedan tomarse las medidas de aislamiento oportunas, el rastreo de contactos y el tratamiento y seguimiento oportuno. Ambas patologías tienen una elevada mortalidad y morbilidad, y afectan a parecidos grupos de edad y con factores de riesgo muy similares, por lo que no cabe duda que se puede generar alarma social, y potencial colapso del sistema sanitario.

Sin embargo, nos encontramos en otro escenario, hemos aprendido muchas cosas durante esta pandemia. En nuestro hospital con un número de camas limitadas se tomaron medidas tendentes a aumentar la capacidad de camas (35% de aumento), mediante la reubicación de espacios (traslado del gimnasio a un polideportivo cercano), reestructuración de la actividad en consultas y quirófanos, así como otras medidas organizativas que permitieron que muchos de los recursos humanos y materiales se trasladaran a tratar a los pacientes Covid, sin olvidar a los pacientes con otras patologías que se descompensaban y precisaban atención médica hospitalaria.

Por concluir, nos estamos preparando para lo que puede venir mediante acopio de material de protección, explorando métodos de detección precoces (PCR rápida, test que pueden detectar conjuntamente PCR gripe, Covid y otros virus), reserva estratégica de medicamentos para pacientes críticos, etc.

Laredo recibe miles de visitantes de otras comunidades ¿cómo influye esta afluencia en el hospital?

Pues de una manera muy clara, aumento de la demanda de atención en Urgencias, que pasa a ser de una media de 135 pacientes/día a más de 250 pacientes/día en la primera quincena de agosto. Actualmente la cifra de atenciones diarias ronda los 120 pacientes/día de media, con aumento significativo los fines de semana. Esto deriva en aumento también de realización de pruebas, traslados de pacientes a su comunidad, e ingresos e intervenciones quirúrgicas no programadas en el hospital, por dificultades en los traslados a su comunidad (más fácil si es Euskadi), pero que produce un aumento de la actividad a todos los niveles asistenciales y administrativos.

Si a esto, que es “endémico” de todas las épocas estivales, le añadimos los pacientes Covid importados de fuera de la Comunidad, pues nos encontramos con un panorama preocupante, pero para el que ya hemos tomado medidas correctoras.

Cuéntanos con qué herramientas cuenta el Hospital de Laredo tras la pandemia que puedan ayudar a que no se repitan errores del pasado, como la escasez de medios de protección a los profesionales.

En primer lugar, hay que reseñar que, durante la pandemia desde principios de marzo hasta mayo, el Hospital de Laredo, en ningún momento, hemos sufrido escasez de medios de protección. No obstante, en momentos puntuales hubo situaciones en las que tuvimos que sustituir equipos por alertas sanitarias, o cambiar material de protección por otros debido a la dificultad de distribución. No hay que olvidar que hablamos de una pandemia a nivel mundial, pero siempre hemos intentado mantener el nivel adecuado de protección de los profesionales frente al Covid.

De ello da muestra la baja tasa de infección o contagio de nuestros profesionales. El estudio de seroprevalencia realizado a los mismos, refleja que el grado de afectación del personal del Hospital de Laredo por el COVID-19 ha sido de 35 casos sobre un total de 911 profesionales estudiados, lo que es un 3,8% del total. Se puede deducir, que el nivel de protección fue adecuado. La prevalencia de anticuerpos entre el personal asintomático fue del 7,5%. Los estamentos donde se produjo mayor contacto con el virus (casos de enfermedad y seroconversión) fueron principalmente el personal de enfermería (Enfermeras/os y Auxiliares de Enfermería).

Estos resultados dan fe del trabajo realizado por la Dirección de Gestión, Suministros y del Servicio de Riesgos Laborales y Medicina Preventiva, que ha sido encomiable, como el del resto de profesionales, no me cabe ninguna duda, para poder suministrar el material de protección más adecuado a cada nivel de atención.

Entre las herramientas que tenemos en el momento actual, contamos con una reserva de material de protección, métodos de detección precoces (PCR rápida, adquisición de test que pueden detectar conjuntamente PCR gripe, Covid y otros virus), reserva estratégica de medicamentos para pacientes críticos, protocolos de detección precoz, protocolos de derivación de pacientes al Hospital Valdecilla, nuevas fórmulas de atención al paciente (videollamadas, llamada telefónica, actividad no presencial en consultas), planes de contingencia elaborados con antelación, nuevas formas de visita médica de la industria farmacéutica,  protocolos de uso racional de EPIs por zona de actividad y riesgo, etc

Los focos más importantes de la pandemia han estado en las residencias de mayores, sector poblacional más vulnerable, ¿no cree que Sanidad y Servicios Sociales deberían ir de la mano en muchas cuestiones sanitarias?

Por supuesto, y aunque pueda parecer que no ha sido así, mi opinión personal es que desde el primer momento se intentó que fuera de esta manera. Cierto que al principio de la pandemia pudo parecer que existía descontrol, pero en nuestro caso, los primeros pacientes que ingresamos procedían de residencias de ancianos que, tras la oportuna notificación a Salud Pública, hizo que se tomaran las medidas correctoras mediante aislamiento de los casos positivos, estudio de contactos con PCR (nuestras enfermeras acudieron a las residencias para la toma de muestras PCR a los residentes y personal), lo que evitó en parte, el colapso del hospital a mediados de abril. Decir también que en ningún momento se impidió el ingreso de las personas que lo precisaron en nuestro hospital, procedentes de residencias de ancianos o de otro lugar.

Mi opinión personal es que las dos Consejerías deben trabajar conjuntamente, junto a las residencias públicas y privadas, para prevenir nuevos brotes, mediante protocolos específicos, formación en uso de material de protección, dotación adecuada de EPIs, y otras medidas que sería largo de enumerar.

Para terminar, cuéntenos los objetivos prioritarios del hospital de Laredo a corto plazo en los que respecta al Covid y a su influencia en otros ámbitos de la actividad del hospital.

Como objetivos prioritarios en el Hospital de Laredo, hemos establecido los siguientes:

  1. Detección precoz de casos de pacientes y personal, mediante la toma de muestra PCR a todos los ingresos médicos y quirúrgicos, incluyendo partos.
  2. La implantación de la determinación de la PCR en el hospital, durante las 24 horas y todos los días de la semana, que evite traslados de muestras a Valdecilla, y agilidad en la detección de los casos positivos.
  3. Mantenimiento de los circuitos separados de pacientes Covid y no Covid en urgencias, plantas de hospitalización y área quirúrgica.
  4. Uso adecuado de material de protección, mediante Protocolos específicos de utilización según el nivel de atención, realizado por Prevención de Riesgos Laborales y Medicina Preventiva.
  5. Protocolos de derivación a UCI y/o Infecciosas del hospital de referencia.
  6. Abastecimiento de material de protección básico, racionalización de su uso.
  7. Adquisición de material para manejo de terapia ventilatoria no invasiva (la Insuficiencia Respiratoria es uno de los principales problemas de los pacientes con Covid).
  8. Reserva estratégica de medicamentos para pacientes críticos centralizado en el Servicio Cántabro de Salud.
  9. Elaboración de Planes de Contingencia.
  10. Mantenimiento del Comité Covid, con reuniones periódicas para seguir la evolución de la pandemia, formado por los principales servicios que atienden a los pacientes (Urgencias, Medicina Interna, Neumología, Servicio de Anestesia y Reanimación, Supervisoras de Enfermería, Medicina Preventiva, Riesgos laborales y la Dirección).