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El por qué del Código Deontológico y su importancia para el ejercicio de la profesión, tema del Coloquio BQM en el que participa el experto Dr. Màrius Morlans

El papel del Juramento Hipocrático que durante siglos y todavía hoy siguen pronunciando los estudiantes de Medicina al finalizar sus estudios en las facultades y el compromiso adquirido por los médicos desde el inicio de sus carreras para seguir una serie de normas y comportamientos éticos en la práctica clínica son las reflexiones que abren este Coloquio BQM, en el que participa el nefrólogo, ex presidente de la Comisión de Deontología del Colegio de Médicos de Barcelona y vicepresidente del Comité de Bioética de Cataluña, Màrius Morlans Molina 

El objetivo de los Coloquios BQM es ayudar a los profesionales en la práctica clínica diaria y casos en los que se puedan encontrar en una disyuntiva ética.

-¿Cuál es el tema del que trata el coloquio en el que participa?El tema del coloquio en que participo es el Código de Deontología, es decir, el conjunto de normas de conducta del que nos dotamos para garantizar el correcto ejercicio de la profesión médica, atendiendo las necesidades de las personas enfermas y respetando su voluntad. El Código es la plasmación práctica de la capacidad de autorregulación de nuestra profesión, ejercida por los colegios profesionales con la finalidad de garantizar la competencia de sus colegiados y de que su actuación se ajuste a los intereses y el beneficio de la sociedad.

-¿Cómo ha abordado su reflexión acerca de este tema y qué nos puede avanzar sobre ello?

Parto de que venimos de una tradición muy antigua. Los alumnos de Medicina en el momento de acabar sus estudios pronuncian el Juramento Hipocrático, ese compromiso que tiene unos 2.500 años. Contextualizo su valor actual para, después, centrar la atención en la constitución de los primeros colegios profesionales, a mediados del siglo XVI. El soberano, el jefe del estado, delega su capacidad de legislar en los propios profesionales y ello nos lleva a preguntarnos el porqué. La respuesta es el concepto de profesión que significa la dedicación exclusiva a una tarea que se pretende ejercer con excelencia. Y la excelencia no puede imponerse por ley si no que solo puede ser regulada por los propios interesados. Esa y no otra es la función de los colegios profesionales, la autorregulación de la práctica de los colegiados. El estado del bienestar retoma su capacidad legislativa sobre la salud y su atención y ello plantea el dilema de si son suficientes las leyes o aún son necesarios los códigos de deontología.

-Este coloquio… ¿qué proporciona a los profesionales para su día a día?

Pienso que puede ayudar a comprender y respetar la función de los colegios profesionales más allá de la percepción de que son instituciones que proporcionan asistencia a los colegiados en asuntos de la vida cotidiana. La pertenencia al Colegio debería ser un acto voluntario por el que nos vinculamos a todo el colectivo con la función de velar por el recto ejercicio de la profesión. El Colegio somos todos y son sus órganos representativos quienes, por delegación, ejercen esa función reguladora de la praxis profesional.

 

https://youtu.be/oiisgeQHsQs