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“Las zonas rurales tienen una población muy envejecida con necesidad de atención y recursos”

La doctora Elena García Quevedo, médico en Valderredible, analiza la realidad de la Atención Primaria en el ámbito rural durante la pandemia para el Colegio de Médicos

Una escultura de un médico rural del siglo pasado, cuyo autor es el otorrino y creador cántabro ya fallecido  Ramón Ruiz Lloreda, preside la entrada de la sede del COM Cantabria por una razón: los médicos rurales representan los valores más sacrificados del ejercicio de la profesión porque antiguamente se desplazaban a caballo, contra viento y marea, a atender a sus pacientes a lugares alejados y sin recursos sanitarios.  Y es que ejercer la medicina en un lugar u en otro puede ser muy diferente incluso dentro de la misma especialidad, y Cantabria es un buen lugar para comprobarlo por sus características geográficas y su demografía. La  Dra. Elena García Quevedo, médico de Familia y Comunitaria en Valderredible, nos cuenta el día a día de su trabajo marcado por las largas distancias entre unas localidades y otras.

Elena García Quevedo estudió Medicina en la Universidad de Cantabria,  realizó  la residencia en el Hospital Sierrallana y estuvo trabajando  8 años en las Islas Baleares. Cuando volvió a la región comenzó a trabajar en Valderredible, en el Consultorio Rural de Polientes del Centro de Salud  Campoo-los Valles, una zona alejada de las grandes ciudades con una población envejecida y con necesidad de mucha atención.

¿Cómo ha cambiado el trabajo de un médico rural por la pandemia?

La verdad es que ha cambiado como en todos los sitios, también en el ámbito rural porque  hemos tenido las mismas normas y la implantación del nuevo modelo de consulta telefónica. Aunque sí es verdad que,  salvo los dos primeros meses en los que se tenía más miedo, la gente de estas zonas es de costumbres y los cambios les cuestan más. Desde mayo ha habido mucha consulta presencial, aprovechamos además a hacer consulta programada, de manera más ordenada y espaciada y tomando medidas, y además tenemos que atender  a los “espontáneos”, a los que lo del teléfono no les va, y se presentan en la puerta del centro.

¿Ser médico  rural  es vocacional? . Por otra parte, no hace tantos años estos médicos  eran  muy respetados y sus pacientes les consideraban casi como miembros de  su familia ¿ha cambiado mucho en los últimos años? 

La verdad es que,  en mi caso, vocacional no ha sido.  Aunque reconozco que siempre me ha gustado este entorno y  tuve un gran tutor de residencia, el  Dr Hernández Úrculo, que me habló mucho de él. Con respeto a  la familiaridad y el respeto a los médicos en las zonas rurales,  la verdad es que aún lo recuerdo de la época de mis padres y abuelos,  y de mi rotatorio rural en Bárcena de Pie de Concha, en el que el “Don” o “Doña” `para referirse al médico era muy habitual. Ahora no es tan marcado este tratamiento, pero sí es verdad que la cercanía y el ambiente de trabajo en el pueblo hace que  percibas respeto y, sobre todo, mucho cariño y agradecimiento.

¿Notas en el ámbito rural menos miedo  a la  pandemia por parte de los pacientes?    

Los primeros meses, y supongo que al igual que en todos los sitios, sí percibía mucho miedo, yo creo que fue un miedo extremo debido al desconocimiento. Después,  al tratarse de una zona  con casos muy aislados y muy pocos, se perdió un poco más el miedo y se relajaron. En verano,  con el aumento de población que sufre el Valle, aparecieron  más casos y la mayoría de los vecinos intentó  hacer mejor las cosas porque desde  los meses estivales  no volvimos a registrar “0 casos” en el Valle.

Y los médicos rurales…¿ también estáis cansados de esta situación de incertidumbre?

Si claro, al igual que el resto de la población. Yo personalmente estoy cansada y desesperanzada, sobre todo al  ver el comportamiento en general de mucha gente y la falta de solidaridad hacia los demás. Si seguimos así no se cuando vamos a terminar con esto y  volveremos  a la “normalidad”. Tengo la esperanza puesta en la vacuna, pero creo que  aún nos queda mucho para conseguir una vacunación masiva.

Cuéntanos qué es lo más complejo de tu trabajo  y si habría cosas que deben cambiar para obtener mejores resultados.

Lo más complejo es la dispersión que tiene “el Valle”, es muy extenso, se trata de un municipio con 53 pueblos. Además, la mayoría de las localidades  están  habitadas, y más ahora  que muchos “desplazados” se han quedado en la casa del pueblo a pasar la pandemia. Y al ser una población muy envejecida, tienes muchos domicilios y pierdes mucho tiempo en el desplazamiento, aunque en este sentido hay que decir que el ayuntamiento ayuda facilitando el trasporte municipal y acercando a pacientes que lo solicitan al centro.

La otra gran dificultad también procede de la lejanía de los centros hospitalarios, sobre todo, ante las  urgencias. Aunque, por suerte, desde hace un tiempo disponemos de una ambulancia en el Valle. Y  por estas grandes distancias, veo difícil mejorar la situación, creo que con que se mantenga abierto el consultorio, el SUAP y se mantenga la ambulancia  en la época que vivimos,  es bastante.

El envejecimiento de la población en general es más acusado en  las zonas despobladas  ¿lo notáis en el día a día de vuestro trabajo?.  Y ¿está el sistema preparado para este envejecimiento y para la cronicidad de cientos de patologías?  

Como ya he comentado en la pregunta anterior, además de estar muy dispersa, es una población muy envejecida y con una gran necesidad de atención y de recursos. Y con respecto a la cronicidad de la enfermedad, creo que el sistema se está preparando pero aún no lo está.  Se están  incluyendo planes y programas de cronicidad. Está claro que el futuro próximo es este, la atención al paciente crónico y pluripatológica

¿Crees que el Servicio Cántabro de Salud pone los suficientes recursos a disposición de las zonas rurales?

En mi opinión sí, creo que hay suficientes recursos tanto materiales como humanos. Aunque tengo que decir que, aunque sabemos que en la situación actual  hay falta de médicos, estaría bien tener un compañero,  se ha pasado en poco tiempo de haber dos médicos para atender a todo el Valle, e incluso con un médico de refuerzo en verano, a ser únicamente uno,  y la dispersión geográfica es un gran problema para garantizar una buena atención.

Para terminar, cuéntanos tus planes de futuro como médico. 

La verdad es que es la pregunta más difícil de todas. Si pienso en mi futuro laboral, solo pienso en ver si es verdad que de una vez por todas llega la “estabilidad laboral” a todos los interinos/sustitutos por parte de la Administración. Si es verdad que llega, veremos donde terminamos trabajando. Siendo realista,  la medicina rural es bonita y agradecida por parte del paciente pero está muy alejada y por conciliación familiar, si pudiese elegir,  escogería  un trabajo algo más cerca.