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Los médicos tienden a autodiagnosticarse y autotratarse cuando están enfermos, según un estudio

Un estudio presentado este miércoles por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) ha advertido de que los facultativos tienden al autodiagnóstico y al autotratamiento cuando son ellos los que enferman

El informe, titulado ‘Enfermar es humano, cuando el paciente es el médico’, es un proyecto de investigación del Grupo de Investigación en Bioética de Aragón (GIBA-IIS Aragón) cuyo objetivo es conocer el proceso de enfermar de los profesionales de la Medicina, así como identificar cuáles son los puntos críticos y proponer mejoras en la atención al médico-paciente.

La investigación parte de tres perspectivas: la experiencia del profesional que enferma; la experiencia de aquellos que le atienden; y la opinión de todos los profesionales de la Medicina que en algún momento de su vida han estado o podrán estar enfermos o bien, convertirse en médicos de compañeros que enferman, ser médicos de médicos (MdM). Este informe ofrece un resumen de los resultados más relevantes para que surjan iniciativas que permitan mejorar la atención a los profesionales de la Medicina que enferman. Estas iniciativas abarcan el ámbito universitario, los servicios de salud laboral, los Colegios de Médicos y a los propios profesionales.

Los resultados del proyecto se han recogido también en formatos docentes a través del diseño de infografías y cuatro videos que ejemplifican situaciones reales recopiladas durante su investigación y que constituyen «una herramienta de mejora y aprendizaje en el abordaje del médico como paciente».

«LOS MÉDICOS TIENEN DIFICULTAD PARA VERSE COMO PACIENTES»

En la presentación del estudio, la vicepresidenta segunda del CGCOM, Manuela García Romero, ha recordado que «es pura lógica» que los médicos enferman, pero ha lamentado que «también es conocido que cuando lo hacen tienen dificultad para verse como pacientes». «Normalmente, acuden a un compañero, se automedican ante los primeros síntomas, las visitas son frecuentemente en un pasillo e incluso hacen un mal seguimiento si tienen un proceso patológico. Y van a trabajar dentro de ese falso entender de que hay que cuidar pese a estar enfermos», ha resumido.

García Romero ha resaltado que esta situación comienza ya en las facultades de Medicina. «Nos enseñan cómo curar, pero nunca nos han dado herramientas para cuidarnos a nosotros mismos», ha explicado. Por todo ello, ve «fundamental» que los médicos interioricen que «el autocuidado es parte imprescindible de la calidad asistencial que prestan y de la seguridad de los pacientes».

Asimismo, la responsable del CGCOM ha indicado que la pandemia ha agravado todos estos problemas para los facultativos. «Los médicos nos hemos enfrentado a situaciones de incertidumbre, miedo, ver demasiadas muertes, dilemas éticos, dar malas noticias…», ha detallado. A su juicio, toda esta situación ha pasado factura a los médicos, disparando los problemas de salud mental, como ansiedad, ‘burnout’ o depresión. «Necesitamos herramientas para enfrentarnos a estos problemas», ha reclamado.

Por último, García Romero ha recordado que el suicidio «es más frecuente en el médico que en la población general» debido a las características propias de la profesión y a los problemas mentales que conlleva. «Es la primera causa de muerte no natural entre los médicos», ha remachado.

AUTODIAGNÓSTICO, AUTOTRATAMIENTO Y ‘CONSULTAS DE PASILLO’

El estudio ha confirmado que, cuando está enfermo, el médico tiene tendencia a realizar un autodiagnóstico y autotratamiento, recurriendo a ‘consultas de pasillo’, es decir, de carácter informal y por circuitos alternativos, sin tener un profesional de referencia y eligiendo al médico que quieren que les trate.

Además, también suelen acudir a trabajar estando enfermos por responsabilidad hacia pacientes y compañeros. «Y cuando nosotros mismos somos médicos de otros médicos, reconocemos la dificultad que esta situación entraña en nuestra actitud en la consulta y desencadena problemas éticos y clínicos», recoge el informe.

En cuanto a los médicos internos residentes (MIR), presentan mayores tasas de ansiedad y depresión que los médicos en otras etapas vitales y que la población general de su misma edad y nivel de estudios, especialmente las mujeres médicas, que padecen elevadas tasas de trastornos de ansiedad con diferencias estadísticamente significativas respecto no solo a la población general de igual nivel de estudios, sino a sus compañeros médicos varones.

Cuando están enfermos, realizan también consultas informales, sobre todo a otros MIR, y evitan coger la baja preocupados por su formación, la pérdida económica y la sobrecarga que pueden provocar a sus colegas médicos. El informe advierte de que las dificultades del proceso de enfermar del médico «son aprendidas durante el periodo universitario», ya que, por ejemplo, el acceso al grado supone «un alto nivel de estrés, gran autoexigencia y perfeccionismo durante la adolescencia».

«Mas tarde durante la carrera universitaria aumentan progresivamente los estresores, y los estudiantes tienden a priorizar el ámbito lectivo al autocuidado. Concretamente en el periodo de prácticas asistenciales, el estudiante observa e interioriza las conductas incorrectas del resto de profesionales antes destacadas», agregan al respecto.

Finalmente, en cuanto al médico jubilado, el estudio apunta que «tiene una vivencia diferente». «Después de dedicar su vida a la atención a los enfermos, se produce un doble cambio de rol ser paciente y además la percepción de sentirse como extraños al ser atendidos como pacientes en las instituciones que han sido su casa. Esto les hace especialmente vulnerables al encontrarse en situación de pérdida de su salud, y de parte importante de su identidad profesional en las instituciones», detalla el documento.