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“Los profesionales médicos tenemos el deber de informar a nuestros pacientes de forma veraz y basándonos en la mejor evidencia científica posible”, asegura la doctora Rosa Arroyo

La vicesecretaria del Consejo General de Médicos (CGCOM) y coordinadora del Observatorio contra las Pseudociencias, Pseudoterapias, Intrusismo y Sectas Sanitarias (OPPISS), Rosa Arroyo, participó el pasado jueves en una conferencia celebrada en la Academia Médico Quirúrgica de Ourense

La representante del CGCOM basó su ponencia, ‘Pseudociencias y Pseudoterapias: un problema para la salud’, en explicar algunos de los peligros asociados a estas prácticas alejadas de la evidencia científica . La vicesecretaria del CGCOM y coordinadora del Observatorio contra las pseudociencias y pseudoterapias de la entidad médica (OPPIS), la Dra. Rosa Arroyo, comenzó su intervención señalando el deber que tiene el Consejo de informar sobre los peligros que conllevan estas prácticas: “Nuestros Estatutos recogen que tenemos que garantizar la calidad y la seguridad de los servicios que prestamos a la profesión médica. Esta confianza que deposita la Administración en nosotros es una de las razones de ser de los colegios de médicos”. Además, la coordinadora del OPPIS recordó el compromiso ético profesional, recogido en el Código de Deontología Médica, que todos los facultativos están obligados a cumplir y en el que se exige una comunicación médico-paciente “veraz, honesta, adecuada y de prácticas basadas en la mejor evidencia científica posible”.

La Dra. Arroyo utilizó una fotografía de Steve Mccurry para ejemplificar el contraste existente entre las prácticas ‘curativas’ milenarias y las actuales, basadas en la evidencia científica y que, como explicó la coordinadora del Observatorio, distan mucho de la Medicina y la investigación, que nos ha traído avances como las vacunas, los antibióticos o los trasplantes de órganos, entre muchos otros. “La jerarquía de la evidencia científica siempre ha tenido en su cúspide a los metaanálisis y las revisiones sistemáticas, pero hoy en día se ha sustituido esa primera escala por los vídeos de YouTube”, alertó. En cuanto al papel del OPPISS en este sentido, la Dra. Arroyo apuntó hacia los peligros que abarcan estas informaciones no científicas: “Hemos recibido testimonios de pacientes y de sus familiares que han sido muy perjudicados por haber recurrido a estas pseudoterapias. Han perdido oportunidades, han sufrido retrasos, rechazos y abandonos de tratamiento, así como el encarecimiento del proceso asistencial”.

En línea con ese mensaje, la Dra. Arroyo citó un reciente artículo de la American Heart Association (AHA) en el que se recuerda a los profesionales médicos la importancia preguntar e insistir a los pacientes para conocer si están utilizando alguna terapia que no está en línea con la evidencia científica. “Nosotros siempre vamos a acompañar a los pacientes, pero debemos saber si están utilizando algún método que pueda tener interacciones negativas con las prácticas médicas”.

Por otra parte, la vicesecretaria del CGCOM hizo hincapié en algunos de los puntos relevantes del ‘Plan para la protección de la salud frente a las pseudoterapias’ presentado por el Ministerio de Sanidad, Bienestar, Consumo y Bienestar Social y el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades en 2018.  “Este documento contemplaba cuatro líneas estratégicas fundamentales: Generar, difundir y facilitar información en el conocimiento de la evidencia científica más actualizada y robusta a través de la Red Española de Agencias de Evaluación Tecnológicas Sanitarias y Prestaciones del Sistema Nacional de Salud; Evitar la publicidad engañosa de las pseudoterapias; Garantizar que todas las actividades sanitarias se realizan por profesionales titulados y reforzar los principios del conocimiento y de la evidencia científica en la formación de estos profesionales”.

Por último, la Dra. Rosa Arroyo pidió a los profesionales médicos que “orienten” a los pacientes hacia las fuentes de información veraces, así como que aprendan a divulgar la ciencia y las noticias, y denunciar todos aquellos casos en los que sean testigos del uso de estas pseudoterapias. “Tenemos que construir una sociedad mejor informada. Una sociedad crítica, formada en ciencia y salud, y que apueste por la evidencia”.