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Potenciar la formación médica universitaria en los países empobrecidos, nuevo reto en Cooperación Internacional

En el marco de las V Jornadas de los Colegios de Médicos de Andalucía, organizadas en Jerez por el Consejo Andaluz de Colegios de Médicos (CACM), se celebró el pasado viernes una mesa redonda sobre “Cooperación internacional.

La nueva responsabilidad Social», en la que se puso de manifiesto el deber de la OMC junto al Gobierno de España y las Comunidades Autónomas de potenciar la formación médica universitaria en los países empobrecidos mediante convenios con Hospitales y Universidades españolas que proporcionen docentes y medios que las permitan subsistir en el tiempo

La mesa contó con la participación del Dr. Tomás Cobo, vicepresidente primero de la Organización Médica Colegial y su Fundación para la Cooperación Internacional (FCOMCI), en calidad de moderador y los doctores Guillermo Vázquez Mata (Asesor de Cooperación del CACM) médico cooperante y director de cooperación del Consejo Andaluz de Colegios Médicos (CACM); y Pascual Caballero Fernández, pediatra cooperante en Médicos Sin Fronteras (MSF).

El Dr. Tomás Cobo presentó a los ponentes de quienes resaltó su «integridad» y «entrega» de toda su vida a ayudar a los demás. «Son personas de carne y hueso tocadas por el don de la ejemplaridad», manifestó.

De la trayectoria del Dr. Guillermo Vázquez, especialista en Medicina Interna y Medicina Intensiva, destacó que ha compaginado su trabajo con la cooperación internacional desde hace más de 20 años. «Ha estado en la primera línea de combate en África, en el Chad, y en la crisis del Ébola en Liberia», señaló. En este sentido, recordó el I Curso de Enfermedades Tropicales Importadas por Turistas, Expatriados e Inmigrantes puesto en marcha por la FCOMCI y el CACM, dirigido por él y que arranca el 27 de noviembre.

Sobre el Dr. Pascual Caballero resaltó su labor en los campos de refugiados de Somalia, Dadaab (Kenia) y otras regiones del planeta, como Swzilandia (Sur de África), y puso en valor su «atención al lado de los más frágiles en circunstancias dramáticas».

Habló del trabajo de la FCOMCI que nació y desarrolló su labor con el objetivo «de ayudar, proteger y encauzar el entusiasmo» de los profesionales médicos que quieren realizar su actividad profesional en países empobrecidos. Para llevar a cabo esta misión la Fundacion dispone de un Registro Nacional de Profesionales Médicos Cooperantes y Voluntarios, una herramienta, que para el Dr. Cobo es «esencial», ya que permite crear sinergias con todas las ONG que tienen misiones en el terreno y con la AECID. «El objetivo es que la acción del médico cooperante o voluntario sea segura y útil, no insegura y fútil», dijo.

El Dr. Pascual Caballero hizo alusión, en su intervención, a las necesidades humanitarias y médicas (principales problemas de salud) de la población desplazada y refugiada y los retos para proveer atención básica a este colectivo en estos sitios donde «la dignidad humana toca fondo».

Explicó que en la actualidad existen «conflictos olvidados» y seres humanos «desentendidos» y manifestó que las catástrofes, la violencia, los atentados terroristas y las enfermedades que sufren las personas que viven en los países empobrecidos «apenas se conocen en el mundo desarrollado».

Tras poner de manifiesto que más de 65,5 millones de personas fueron desplazados forzosos en 2016, puntualizó que «todos y cada uno de esos seres humanos sufren los traumas físicos y psíquicos de la desesperación, la violencia y la pobreza» y reiteró que «detrás de la mirada de un refugiado hay un drama detrás».

Finalmente, abordó la importancia de la «organización» y «coordinación» de todos los equipos desplazados a terreno para garantizar la eficacia de la intervención humanitaria y señaló que «pese al compromiso de las ONGs y la sociedad civil es «necesaria y fundamental» la responsabilidad de los gobiernos y agencias internacionales es fundamental y necesaria para evitar o minimizar los conflictos que originan flujos migratorios y para responder adecuadamente a corto y largo plazo a las necesidades de las poblaciones desplazadas.

Por su parte, el Dr. Guillermo Vázquez habló sobre como el cambio climático, los «ínfimos» salarios, la explosión demográfica y la migración a las urbes dispararán la pobreza en el África subsahariana en los próximos 20 años. Tras poner de manifiesto que en estos sitios hay dos médicos por cada 10.000 habitantes frente a los 32 por cada 10.000 de España, incidió en la importancia de formar a los profesionales locales. «Es fundamental la formación local. Si África generara sus propios profesionales podría afrontar mejor esta situación», subrayó. Para el Dr. Vázquez Matas carencias tanto en el número como en la formación de los médicos agrava el déficit en salud de estos países en desarrollo.

En este sentido, afirmó que «la OMC, los profesionales médicos y las ONG junto con el gobierno de España y las comunidades autónomas deben de potenciar la formación médica universitaria en los países empobrecidos mediante convenios y sinergias con Hospitales y Universidades españolas que proporcionen docentes y medios que las permitan subsistir en el tiempo.

«Es necesario identificar los puntos de colaboración, los acuerdos sostenibles y ayudas, y enseñarles a gestionar sus propios recursos para que aumenten su capacidad de formación y estructuras», señaló el Dr. Vázquez Mata quien hizo hincapié en la necesidad de «transferir conocimientos» y desarrollar la investigación para identificar qué medidas son útiles e impactan en la salud de estas poblaciones, así como establecer alianzas con otras carreras.

También el problema del tráfico de medicamentos falsos en África causante de millones de muertes y que proporciona un beneficio de 75 billones de dólares al crimen organizado.