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«Dependiendo del tipo de linfoma, y de las características del paciente, podemos hablar de curaciones de hasta el 75%»

La hematóloga Sonia González de Villambrosia explica la actualidad de la gestión y los tratamientos  de los cánceres hematológicos en Valdecilla

La doctora Sonia González de Villambrosia Pellón estudió en la Facultad de Medicina de la  Universidad de Cantabria, se especializó en Hematología en Valdecilla y en la actualidad es la hematóloga referente en linfomas del hospital cántabro, en concreto en el linfoma  no Hodgkin.  En esta entrevista para el Colegio de Médicos de Cantabria con motivo del Día Mundial contra el Cáncer,  esta joven  especialista analiza la realidad de los cánceres hematológicos que ocupan el cuarto lugar entre los más frecuentes en España y cuya prevalencia ha aumentado en los últimos años. .

Esta semana se celebra el Día Mundial contra el Cáncer, si hablamos de datos de Cantabria ¿cuáles son los del último año? ¿hay más diagnósticos de cáncer?

De acuerdo a la red Española de registro de Cáncer (REDECAN) en cuanto a lo que se refiere a los tumores hematológicos, se estiman que habrá 29.000 nuevos casos de cáncer hematológico en España durante el 2024, lo que sitúa a éstas patologías como el 4º cáncer más frecuente en España.

Si nos centramos en las neoplasias linfoides, que son las más frecuentes, la estimación para este 2024, es de 19.900 casos nuevos (que incluye las neoplasias de células precursoras, neoplasias de células B y T maduras, incluyendo LLC y mieloma múltiple y el linfoma de Hodgkin). En concreto el Linfoma no Hodgkin, se sitúa en el 6º cáncer más frecuente diagnosticado, por detrás del cáncer de mama, pulmón, próstata, colo-rectal y vejiga.

El año pasado se diagnosticaron en Cantabria 180 linfomas. Respecto a la incidencia de éste tipo de cáncer, se ha visto una tendencia creciente  en los últimos años, fundamentalmente asociado al envejecimiento de la población. Por otra parte, la prevalencia (es decir, el número total de casos que seguimos ) va en aumento. Esto es debido a que los pacientes con linfoma cada vez viven más. Y esto es gracias a los avances producidos en el tratamiento que permiten el que se desarrollen nuevas formas de tratamiento, cada vez más específicas, con mejores resultados. 

-Y con respecto a los tratamientos que abordáis los hematólogos ¿hay alguno novedoso? 

El primer hito importante para superar la quimioterapia convencional fue la introducción en 1997 del Rituximab, un anticuerpo monoclonal dirigido frente a una matrícula que expresaban los linfocitos B, que forman el tumorSolo con eso, las curaciones aumentaron un 20%.

Desde entonces, y de forma más notable en la última década, se han ido incorporando nuevos fármacos, que atacan a las células de manera novedosa. Entre ellos están los anticuerpos biespecíficos que redirigen a nuestro sistema inmune para una lucha específica frente a la enfermedad y la terapia celular (que es lo que más ha llegado a los medios de comunicación), con la que se modifican células del sistema inmune para atacar al linfoma. Cada uno tiene sus indicaciones, y cada uno tiene también sus efectos adversos.

El desafío será la incorporación de estos enfoques novedosos a las primera líneas de tratamiento (es decir, nada más diagnosticar la enfermedad), en especial en situaciones de enfermedad avanzada.

– Valdecilla es un hospital puntero en el abordaje del cáncer  pero ¿cuenta con los últimos avances como en los  hospitales especializados  de EEUU, por ejemplo? 

Aquí hay que destacar que en los últimos años hemos hecho un esfuerzo muy importante para participar en ensayos clínicos, que es lo que distingue a los hospitales que mencionas. Esto nos permite ofrecer tratamientos que de otro modo tardarían cinco o diez años en estar disponibles en la práctica diaria. Es de agradecer la confianza  que los pacientes depositan en nosotros, y es un esfuerzo muy grande para todo el personal. Es el único modo de estar en vanguardia, siendo nuestro objetivo el convertirnos en un referente para todo el Norte.

Existen otras consideraciones para incorporar estos avances: en EEUU se realizan la mayoría de los ensayos clínicos, al ser de allí la mayoría de las grandes farmacéuticas, y son su primer mercado de lanzamiento. Además, al ser la medicina casi privada por completo, quien puede permitírselo, lo paga lo recibe nada más se apruebe por las autoridades sanitarias. En Europa y en España, se quiere que el tratamiento sea asequible a todos, y eso conlleva negociaciones de precios que por lo general retrasan las incorporaciones de nuevos tratamientos. No se puede ignorar que son tratamientos carísimos (hablamos de miles o decenas de miles de euros al mes) y eso requiere grandes esfuerzos por el Sistema de Salud. De ahí, de nuevo la importancia de entrar en ensayos clínicos.

Además me gustaría resaltar, que otro factor clave en esta enfermedad, es tener un diagnóstico y estadiaje lo más preciso posible, con el fin de ofrecer un abordaje de forma personalizada. Para ello, en Valdecilla disponemos de un laboratorio de diagnóstico patológico y molecular de primer nivel, además de un aparataje diagnóstico por imagen renovado (TAC, PET, etc..) que nos permite evaluar a los pacientes de una manera muy rápida y completa.

Hablar de prevenir el cáncer es habitual, pero ¿qué hábito es el más perjudicial?

En el mundo del linfoma no se puede hablar de prevención, pero si bien es conocido que los pacientes con determinadas infecciones como el VIH y el virus de la hepatitis C tienen una mayor predisposición a padecerlo. En este sentido cobra mucha importancia la adherencia a los tratamiento que negativizan la carga viral con el fin de reducir el riesgo.

-Y en la actualidad ¿qué tanto por ciento de estos cánceres son curables?

Dependiendo del tipo de linfoma, y de las características del paciente, podemos hablar de curaciones de hasta el 75%. Nuestros esfuerzos ahora se centran por un lado, en reducir ese 25% que no responde al tratamiento inicial, identificarlos de una forma más temprana con el fin de administrarles los tratamientos más eficaces. Por otra parte, en aquellos  casos en los que conseguimos la curación, el objetivo es minimizar la toxicidad generada por los tratamientos.

-Para terminar, si miramos al futuro ¿cuál sería la mejor noticia para una médica  especialista que aborda esta enfermedad?  

Es difícil de decir… No voy a decir que se curen todos, porque es imposible incluso en los próximos veinte años. Dependiendo del perfil de paciente mi deseo sería distinto, para aquellos pacientes jóvenes con buen soporte familiar, disponer del tratamiento más eficaz con la intención de curar desde el primer tratamiento; y para el paciente mayor con otras enfermedades, disponer de tratamientos orales o fármacos de fácil administración que no le hagan dependiente de visitas al hospital, con la consiguiente mejora en la calidad de vida sin menoscabo de la eficacia.