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“El pediatra de Atención Primaria tiene un papel fundamental en el Trastorno del Espectro Autista (TEA)”

Esta es una de las conclusiones del I Congreso Nacional de Salud Mental Infantojuvenil celebrado en Salamanca en el que participó la pediatra Montserrat Matilla

 La pediatra y vocal del COM Cantabria, Montserrat Matilla, participó en el I Congreso Nacional de Salud Mental Infantojuvenil celebrado en Salamanca del 15 al 17 de febrero. En concreto, la especialista abordó La problemática del Trastorno del Espectro Autista (TEA) junto al doctor Luis Blesa, presidente de la Asociación Española de Pediatría (AEP), y al doctor Adrián García Ron, neuropediatra del Hospital Clínico de Madrid y profesor de Pediatría de la Universidad Complutense.

Esta parte del Congreso Nacional, que el año que viene se convertirá en internacional, arrojó conclusiones tan reveladoras como la importancia fundamental del pediatra de Atención Primaria en el Trastorno del Espectro Autista (TEA) y del diagnóstico precoz para poner a disposición de los pacientes y de sus familias todos los recursos disponibles, iniciando el tratamiento lo antes posible y mejorando el pronóstico de la enfermedad.

Además, el Congreso dejó patente que el PAP debe derivar lo antes posible a los pacientes al neuropediatra y a los especialistas de salud mental Infantojuvenil y Atención Temprana, y que en este último eslabón hay que invertir más recursos porque supone un ahorro a largo plazo en dependencia y discapacidad.

 Otras conclusiones explicaron que los  pacientes de TEA tienen muchos problemas asociados (alteraciones del sueño, alimentación…) y comorbilidades (ansiedad, depresión, riesgo de suicidio…) por lo que el PAP debe dar pautas de manejo a los padres y hacer un seguimiento exhaustivo de la enfermedad; que la prevalencia del TEA se ha disparado en la última década (en la actualidad es de 1:68) por un mayor conocimiento  del trastorno, por criterios más laxos del DSM y por el acoplamiento diagnóstico de otros procesos y diversos factores ambientales; y que el TEA es una enfermedad heterogénea y compleja en la que influyen numerosos factores, con síntomas que cambian con la edad y están modulados por el temperamento y capacidad intelectual del niño.

 Para terminar, los doctores Matilla, Blesa y García abordaron el tratamiento del TEA, que debe ser global, multidisciplinar e individualizado según la edad, capacidad intelectual, comorbilidad y entorno familiar y social, dejando claro que es prioritario que reciban apoyo psicoeducativo lo más precozmente posible, y farmacológico en algunas ocasiones, sobre todo cuando al TEA se asocian comorbilidades.