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ENTREVISTA A ANA Mª GUTIÉRREZ. La doctora y misionera cántabra presentará el “Atlas de Patología Médico Quirúrgica en África” en el Colegio de Médicos

El  libro lo ha escrito junto a cuatro médicos cooperantes españoles

“Atlas de patología médica quirúrgica de África”  es un libro de imágenes que presenta 444 casos clínicos que sus autores,  los médicos cooperantes Leoncio Bento, Mª Teresa Martínez, Fernando Rivilla y Antonio Villalonga,  y la  doctora y misionera cántabra,  Ana Mª Gutiérrez, han  tratado a lo largo de 20 años de asistencia en diferentes países de África. El nuevo libro  cuenta con casi 400 páginas en color y  con textos  en tres idiomas: español, francés e inglés.

Precisamente, una de las patologías que trata el nuevo  atlas es la viruela del mono que se ha extendido por todo el mundo en los últimos meses, así como casos de Covid-19,  aunque el continente africano ha sido uno de los que menos casos ha registrado de esta pandemia. La doctora  Ana Mª Gutiérrez presentará el libro el próximo miércoles, a las 7 de la tarde, en el salón de actos del COM Cantabria durante un acto al que están invitados todos los colegiados e interesados en su contenido.

-¿En qué consiste el nuevo libro?

Es de casos clínicos que hemos ido viendo en África a lo largo de nuestro ejercicio en este continente. Somos 5 autores y llevamos más de 20 años haciendo cooperación en África, aunque yo soy la única que vivo de forma  permanente. Es un atlas de patologías, tanto médicas como quirúrgicas,  que  no se ven aquí habitualmente por ser casos muy evolucionados o raros.

-¿A quién se dirige?

A personal sanitario que haga cooperación en países en vías de desarrollo y al personal local de estos países que muchas veces no tienen herramientas para hacer un diagnóstico diferencial.

-¿Dónde se puede adquirir?

En la página web de la ONG que lo ha editado que se llama Paliativos sin Fronteras (www.paliativos sin fronteras.org). Su precio es de 30 euros.

-Y, desde tu perspectiva,  ¿crees que sería posible que hubiera más pandemias?  

Precisamente, en el atlas contemplamos tres casos de viruela del mono, en la localidad de Kole, en El Congo, donde  hay miles de casos porque es  uno de los países donde se ha originado esta viruela que se ha extendido por todo el mundo en los últimos meses.  Estos casos pueden arrojar luz a los profesionales de países donde no existía esta patología o para la atención de la población emigrante procedente del África Subsahariana.

-¿Durante cuánto tiempo lleváis trabajando en el libro?

Más de dos años, hemos realizado una primera recopilación y los cinco autores hemos ido escribiendo los textos, traduciéndolos y añadiendo las fotografías que teníamos archivadas.

Lo que más nos ha llamado la atención es que el material que teníamos podía servir para hacer un texto pedagógico, hemos puesto en valor un material que nos pensábamos que sería tan valioso para otros profesionales.

-¿Habéis con alguna ayuda para la edición del libro?

El Colegio de Médicos ha apoyado la edición, así como  Paliativos sin Fronteras, que es el editor, y algunos particulares que han hecho donaciones.

-¿Hace un par de años te preguntamos  cuál es la razón de la situación de muchos países de África que  continúan subdesarrollados y contestabas  que las luchas de poder hacen muy difícil solucionar el problema, ¿cuál es la situación después de la pandemia?

A nivel sanitario no ha tenido  un gran impacto pero las consecuencias económicas hacen aún más estragos que antes, ha subido más de un 40 por ciento el precio den los alimentos,  un 20 por ciento la gasolina, y con ella el transporte, y se están reduciendo mucho las ayudas internacionales, quizá por la guerra de Ucrania y la situación general mundial.

Ahora la gente lo está pasando muy mal y necesita cada vez más ayuda.

¿Cuál es tu trabajo en la actualidad  en El Congo?

Estoy en Kinshasa, soy la responsable de la Comunidad de Esclavas de allí y formadora de las religiosas jóvenes, y trabajo como médico en el hospital de las Hermanas Dominicas del Rosario, que se llama Lisungi, que en  lingala significa  “Ayuda”.  Tiene 82 camas y atiende patología de todo tipo y más de 150 partos al mes.