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Día Eliminación Violencia contra Mujeres /// Atención a las médicas víctimas de violencia de género y formación para los profesionales sanitarios, temas centrales del Día para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres

29/11/21 Con motivo, al Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, que tuvo lugar el 25 de noviembre, MédicosyPacientes ha entrevistado a Filiberto Chulia, director de la primera Unidad creada en España para la Atención a las profesionales sanitarias víctimas de violencia de género en el Hospital Universitario La Paz y a Irene Ramírez Carrillo, abogada y colaboradora de la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres y miembro del Programa de Formación RESPONSE para profesionales sanitarios para la Detección de la Violencia de Género en Servicios de Salud

Más de 600.000 mujeres en España sufren violencia de género. Entre ellas las médicas. En su vocación está el cuidar de los pacientes y su bienestar por encima de todo. ¿Pero quién protege a estas profesionales? ¿Quién cuida a quién cuida? Acoger, aconsejar, romper el silencio y derivar al recurso correspondiente es la misión de la Unidad de Atención a las profesionales sanitarias víctimas de violencia de género, una iniciativa pionera en España en el Sistema Nacional de Salud del Hospital Universitario La Paz.

Con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, que tuvo lugar 25 de noviembre, “MédicosyPacientes” ha entrevistado a Filiberto Chulia, director de la primera Unidad creada en España para la Atención a las profesionales sanitarias víctimas de esta lacra en el Hospital Universitario La Paz.

“En el servicio de asesoría jurídica del Hospital La Paz detectamos que muchas de las consultas que llegaban eran casos de violencia de género de médicas, enfermeras y personal sanitario del centro”, cuenta Filiberto Chulia sobre los orígenes de esta Unidad. “Llegaban con timidez, miedo, estrés psicológico y padecimiento emocional. Consultaban problemas de situaciones que ellas vivían. Desde nuestro lado más humano las atendíamos e informábamos de todos los recursos disponibles”, explica.

A pesar de que cada año se incrementan, afortunadamente, los recursos destinados a proteger y atender a las mujeres víctimas de violencia de género, la burocracia y el miedo impiden su acceso muchas veces a los mismos. Algo que se complica aún más en la profesión médica.

“La profesión médica, en particular, y las profesiones sanitarias, en general, son profesiones que se entregan al paciente, a los ciudadanos que necesitan atención, lo dan todo por el enfermo. Se forjan de una coraza que les impide reconocer que también enferman y que pueden sufrir estas situaciones. Pero las instituciones y administraciones tienen que saber que las médicas también son afectadas por esta lacra con componentes psicológicos”, manifiesta.

Acoger, aconsejar, romper el silencio y derivar al recurso correspondiente fue lo que propició la creación de la Unidad de Atención a las profesionales sanitarias víctimas de violencia de género. “Esta iniciativa encajaba perfectamente en la misión del Hospital La Paz de vocación de servicio, de ofrecer a la sociedad una asistencia sanitaria segura basada en la excelencia profesional y humana con el paciente y su familia como centro de la atención prestada”, explica el experto.

Para garantizar esa atención, hay que cuidar de las profesionales que sufren violencia y que las afecta. “Teníamos que crear un mecanismo que las protegiera, ayudara y orientara, era necesario crear esta Unidad en un hospital donde condenamos la violencia”, asegura.

Facilitar la información necesaria, hacer de intermediario con los demás servicios y departamentos del hospital, y dar a conocer los recursos disponibles en el sistema, son los objetivos prioritarios de esta Unidad que huye de la burocracia y que crea un espacio seguro basado en la confidencialidad. “No exigimos formularios, ni requisitos de entrada – matiza- queremos que sea una puerta permanentemente abierta para las profesionales sanitarias que quieran contar su caso y facilitarle la vida en estas situaciones en las que están sometidas a violencia y que les ocasiona estrés emocional”.

Cuando el sufrimiento emocional afecta a la salud mental de las profesionales, se les informa de la existencia del Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (PAIME). Un programa colegial único en España desde el ámbito profesional y referente internacionalmente que disponen los Colegios de Médicos bajo el paraguas de la Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial (FPSOMC), para atender a médicos y médicas que padecen trastornos mentales y/o conductas adictivas al alcohol y/o a otras drogas, rehabilitar al profesional y garantizar que ejerza la práctica en las mejores condiciones posibles.

En este sentido, en opinión del director, “los Colegios y Consejos generales profesionales, como el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) tienen un papel fundamental para canalizar estos recursos y velar por sus profesionales. El PAIME es una iniciativa estupenda en una profesión dura y sometida a gran estrés como es la Medicina”.

La consulta del médico, puerta de entrada para la detección precoz de casos de violencia de género

Asimismo, también se ha entrevistado a Irene Ramírez Carrillo, abogada y colaboradora de la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres y miembro del Programa de Formación RESPONSE para profesionales sanitarios para la Detección de la Violencia de Género en Servicios de Salud. Tal y como asegura la experta, formar a los médicos en este campo es esencial para abordar esta lacra, “porque la consulta del médico puede ser la puerta de entrada para la detección precoz de casos de violencia de género”.

La violencia de género es un problema de salud, física y psicológica, y, por ello tal y como señala Irene Ramírez, “es importante que los profesionales de la salud estén formados y sean conscientes de que es un problema real en el que están directamente involucrados”

En cuanto a la detección de casos, asegura que “no solo incluye únicamente el conocimiento de los síntomas médicos que pueden presentar estas mujeres, sino también conocer que situaciones personales y actitudes pueden estar relacionadas con un caso de violencia”, señala Irene Ramírez quien añade que “es importante además que el profesional sepa cómo tratar con la víctima y qué recursos disponibles hay para afrontar esta situación”.