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Iñaki Alegría: “A África hay que ir encontrado, no utilices el continente para hallarte y resolver tus propios problemas”

Con motivo de la celebración del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, el pasado 19 de agosto, Médicos y Pacientes entrevista al Dr. Iñaki Alegría, médico especialista en Pediatría y uno de los mayores referentes en cooperación internacional de nuestro país

En el Día Mundial de la Asistencia Sanitaria 2023, se destaca la importancia de proteger a los civiles más vulnerables que sufren los estragos de los conflictos armados en diferentes partes del mundo. Uno de los grupos más valientes y dedicados en esta lucha son los trabajadores humanitarios, médicos como Iñaki Alegría, quien ha dejado una profunda huella en la comunidad de Gambo, Etiopía, a través de su inquebrantable compromiso con la cooperación internacional y el cuidado de la salud.
Este año, la ONU pone el foco del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria en la protección de los civiles, y señalan que “muchos de ellos, incluyendo niños y mujeres, así como personal humanitario y médico, son directamente blanco de ataques y amenazados por las partes en conflicto en muchas partes del mundo”. Usted lleva centrando su labor en Etiopía desde hace más de diez años, pero también ha estado en países como Honduras, Senegal y Angola. ¿Ha vivido esta falta de protección a los civiles o al propio personal humanitario y médico en alguna de las zonas en las que ha trabajado?
Me considero afortunado, muy afortunado. Vivo en Gambo, un pequeño pueblo al sur de Etiopía.  En Gambo vivimos con humildad, aislados de las grandes ciudades y sus privilegios, pero tengo quizá el mayor de todos: el reconocimiento.
Y no quiero ser reconocido por mi trabajo, pero cuando alguna persona se ha mostrado violenta frente a mí siempre ha aparecido inmediatamente otras personas a defenderme. Es la grandeza del pueblo, de la comunidad.
Por ello, en Gambo siempre me he sentido seguro y protegido incluso en tiempos de guerra.
Hemos vivido revueltas, grupos que asaltaban hospitales, el pueblo ha protegido el hospital y su gente. Es el hospital del pueblo y para el pueblo.
¿Podría compartir alguna anécdota que destaque la importancia de la asistencia médica humanitaria en situaciones de conflicto?
No olvidar los derechos de la infancia más allá de la atención médica.
Os comparto una anécdota vivida:
Hoy es un gran día, es fiesta en todo el país, no hay escuela, las tiendas están cerradas, se juntan las familias, todos celebran la gran fiesta. Bueno, no todos. No es fiesta para Lidet, ni para ella ni para toda su familia.
Lidet tiene siete años o cinco u ocho, no lo sabe bien, y trabaja, trabaja cada día, cada uno y todos los días del año sin excepción, no descansa ni domingos, ni el día nacional, ni el día de la mujer, ni el día del trabajo.
Lidet en amárico significa cumpleaños, eso que ella nunca va a poder celebrar sin trabajar, aunque quisiese tampoco podría ya que desconoce cuando nació.
Para Lidet no existen los días de fiesta, es más, en realidad no sabe ni cuando es el día de la mujer en el que se reivindican los derechos de mujeres como ella, tampoco sabe cuándo es el día del trabajo en el que los obreros reivindican sus derechos.
Quienes más necesitan reivindicar sus derechos son las que menos lo ejercen.
Lidet tiene siete años o cinco u ocho y trabaja, trabaja cada día yendo a buscar agua para toda su familia a la vez que cuida de su hermano pequeño. Camina cada día kilómetros hasta el pueblo vecino en busca de la preciada agua, el oro transparente, aunque realmente de transparente tiene poco.
Cuando llega a casa, exhausta del camino, le espera el trabajo de cuidar de su pequeño hermano, cocinar, arreglar la casa… no hay espacio para el colegio en su vida, y eso condena su vida a seguir así día tras día, mes tras mes, año tras año. La escuela es una ventana al futuro, la oportunidad de su vida.
Lidet es otra heroína anónima, una heroína obligada que solo quiere ser niña.
¿Cómo puede afectar el conflicto armado a la salud y el bienestar de la población local, especialmente a niños y mujeres?
La infancia y las mujeres son grupos poblacionales vulnerables, y en un conflicto armado, aún lo son más. Las mujeres se convierten en arma de guerra al explotar sus cuerpos. La infancia pierde sus referentes, la estabilidad que necesita y crecen perdidos y sin rumbo. Sus repercusiones a largo plazo son las gran ignoradas.
Nadie debería vivir un conflicto. Pero cuando lo vives en tu infancia, te la roban. Y cuando te roban la infancia, te están robando también la adolescencia y tu vida adulta.
¿Cómo consigue un trabajador humanitario gestionar los sentimientos a los que se enfrenta?
No es sencillo. Escribir. Meditar, reflexiona y actuación. Soy un hombre de reflexión y acción.
¿Cree que todos los médicos podrían hacer cooperación?
Sí, todos podemos, pero no en todo momento. Hay un momento para hacer cooperación. Y muchas veces nos equivocamos.
El momento de hacer cooperación no es para encontrarnos a nosotros mismos o para “practicar”. El mejor momento es cuanto mejor formados estemos y cuando estamos estables emocionalmente.El mejor momento es cuando mejor estamos, cuanto más sabemos.
A modo de resumen os comparto las cinco motivaciones por las nunca deberías ir a África:
  1. Para encontrarme a mí mismo. A África, hay que ir encontrado. No utilices el continente para hallarte y resolver tus propios problemas.
  2. Para “ayudar en lo que sea”. Se puede contribuir de muchas maneras, pero siempre en algo de lo que sepas, con profesionalidad, no en cualquier cosa. ¿Quién lo necesita: tú o ellos?
  3. Para investigar. No experimentes con ellos.
  4. Para ganar experiencia. No los utilices.
  5. Para ganar likes y seguidores en las redes. Nada de postureos, no hagas volunturismo. No seas el salvador blanco ni te unas a Influencers Sin Fronteras. Para tener una experiencia, si es lo que buscas, haz puenting, pero no vayas a África.
¿Hacen falta más médicos cooperantes?
Hace falta humanidad, vocación, voluntad de servicio, humildad. En definitiva, entusiasmo, vibrar con nuestra profesión.
Y preguntarnos cada día: ¿por qué quise ser médico?
Grandes retos
En su ONG, Alegría Sin Fronteras, promueven numerosas acciones de cooperación internacional. Por lo que tengo entendido, el último de estos retos, ‘Oxígeno para Gambo’, consiste en conseguir la financiación necesaria para aumentar los recursos, cilindros de oxígeno y antibióticos para paliar la principal causa de muerte infantil en el mundo, la neumonía. ¿Puede contarme un poco más sobre esta necesidad?
En Etiopía, hay escasez de recursos tan básicos como el oxígeno. Un recurso que aquí emana de una manera tan sencilla como abrir un grifo, allí es escaso y debemos racionarlo. Disponemos de escasos cilindros de oxígeno y nos vemos obligados a dividir el oxígeno para todos. Debemos priorizar a los niños y adultos que más lo necesitan. En cuanto mejoran los retiramos para beneficio de los que han empeorado. Estamos sufriendo una epidemia silenciosa. Oxígeno para Gambo, una campaña en la que puedes colaborar a través de este enlace.
La neumonía es la principal causa de muerte infantil en el mundo. Etiopía se encuentra dentro de los cinco países con más mortalidad del mundo. No obstante, en medio de la oscuridad hay una luz que brilla, y es la del compromiso del personal sanitario con el que aprendo cada día y al que admiro, transmitiendo calma y serenidad y sensación de control. Quiero aprovechar estas líneas para dedicarles mi aplauso y sincero reconocimiento a la gran labor que están realizando. Son los héroes invisibles e infra valorados de esta epidemia silenciada. El equipo etíope de personal sanitario lucha día y noche para combatir la neumonía y otras enfermedades con un esfuerzo que admiro. Trabajan con escasez de recursos, y uno de los más importantes es el oxígeno.
Y quiero invitaros a parar, a levantar la mirada de nuestras cuatro paredes y alzar la mirada más allá de nuestro ombligo, porque mientras tanto, la vida sigue, empieza y acaba en otros lugares, como en Etiopía, donde niñas como Meseret o Biftu luchan por respirar, por culpa de un virus que se podría haber evitado con una vacuna, y tratado de manera óptima si se disponen de suficientes recursos sanitarios y oxígeno. No estamos ante una enfermedad desconocida que no sabemos evitar, ni con una elevada mortalidad entre personas mayores. Nos encontramos ante una enfermedad bien conocida, que afecta principalmente a niñas y niños, y para la que existe una prevención en forma de vacuna muy eficaz.
 A todo ello ahora se suma la Hambruna.  Debido al aumento de los casos de desnutrición por la emergencia nutricional que estamos sufriendo en Etiopía nos vemos obligados a ampliar el proyecto a la compra de oxígeno y también suplementos nutricionales. Según el informe que acaba de publicar Intermon Oxfam y Save The Children, una persona está muriendo de hambre cada 48 segundos en Somalia, Kenia y Etiopía. Ante estas predicciones, critican la “inacción” de una comunidad internacional que está respondiendo “demasiado tarde y con demasiado poco”.
El continuo fracaso del mundo para evitar desastres prevenibles. Ya en 2020 se lanzó la primera alerta de que la escasez de lluvias podía desencadenar una crisis alimentaria. La peor sequía en la región en 40 años, la Covid-19 y el aumento del precio de los alimentos provocado por la guerra de Ucrania han dejado a casi medio millón de personas de Somalia y Etiopía en condiciones cercana a la hambruna. “La situación es desoladora. Tanto las personas como el ganado están en riesgo de perecer. En algunas zonas de Kenia, ya se está informando de la muerte de niñas, niños, mujeres embarazadas y personas ancianas. Si no se interviene de forma urgente, probablemente seamos testigos de más muertes. Estamos viendo unas cifras terribles de desnutrición severa, y se prevén cerca de 5,7 millones de niñas y niños con desnutrición aguda para finales de este año. Cada minuto que pasa es un minuto más cerca de la inanición y la posible muerte de un niño o niña. ¿Cómo podemos aceptar que esto vuelva a ocurrir?”, deplora Andrés Conde, director general de Save the Children, en un comunicado.
La Meningitis en Etiopía
Etiopía es el cuarto país del mundo con el mayor número de muertes por meningitis. Ha habido 2066 casos sospechosos de meningitis bacteriana reportados en lo que va del año. Los modelos de salud global estiman que podría haber más de 100 000 casos de meningitis bacteriana y viral por año en el país. Se estiman 320 414 casos de meningitis y sepsis neonatal, 25 196 muertes por meningitis y sepsis neonatal en un año.
Desde el Hospital de Gambo os compartimos la historia de Mulu, una historia con final feliz, una superviviente de la meningitis. Encuentro a Mulu acostada en la cama. Su cuerpo se puso rígido, formando un arco que podría haber disparado una flecha hacia el horizonte. Ella está ardiendo como el fuego. Mulu llegó al departamento de emergencias del Hospital Gambo con rigidez severa. Fue estabilizada, reanimada y se le administraron antibióticos intravenosos después de realizarle una punción lumbar y oxígeno.
A los pocos días de tratamiento, Mulu no solo había vuelto a su tono normal, sino que también corría por el hospital. Los antibióticos intravenosos provocaron un cambio increíble en cuestión de días; en su ausencia, ella estaría muerta.
Mulu acababa de sobrevivir a una meningitis que estuvo a punto de llevarse su vida por delante.
Decálogo de cómo ser un buen cooperante en el continente africano:
  1. Trata a todas las personas dignamente y con consideración, respetando siempre sus derechos laborales. Evita toda discriminación por razón de raza, sexo, nacionalidad o religión.
  2. Actúa honesta y ejemplarmente. Ten en cuenta las consecuencias en terceros, especialmente los más vulnerables, de tus acciones y decisiones.
  3. Reconoce los errores cometidos, haz lo posible por solucionarlos y prevenir que se repitan.
  4. Antes de realizar una fotografía, pide consentimiento, a poder ser escrito. Evita que los menores de edad puedan ser identificados. Evita cualquier tipo de fotografías denigrantes. De hecho, evitar siempre que puedas hacer fotografías, trabaja con discreción. Evita el ‘volunturismo’.
  5. No seas el salvador blanco. No vas a salvar el mundo. Sé humilde. Evitar el norte-centrismo y la historia única. No pienses que en un mes vas a cambiar el mundo. Ni en tres. Tu objetivo es desaparecer, hacerte innecesario. Promueve el empoderamiento de las personas y su autonomía e independencia. Establece una relación de igualdad y huye de toda actitud de superioridad respecto de las personas con las que te relacionas.
  6. Haz lo que sabes hacer. Si eres pediatra, lo mejor que sabrás hacer es pediatría. No hagas en otro país lo que no harías en el tuyo. No vas a “ayudar en lo que haga falta”, vas a ayudar en lo que haga falta y además tengas el conocimiento profesional y la formación para ello. La buena voluntad es necesaria, pero no es suficiente.
  7. Trabaja siempre con dedicación, entrega y compromiso, buscando la excelencia y la calidad, no te conformes con menos. La excelencia y la calidad no están limitadas a los países ricos. Lo que exigimos en un país con elevados recursos debemos exigirlo también en los de menos.
  8. Respeta siempre. No tienes por qué́ aceptar todo, pero siempre respetarlo. Puede que haya aspectos culturales con los que no estés de acuerdo, no tienes que aceptar todo, pero sí respetarlo. Aprende, comprende y respeta la cultura local, las tradiciones, idiomas, historia, costumbres.
  9. No impongas tus pensamientos u opiniones.
  10. No lleves medicamentos caducados. Evita llevar medicinas y material sanitario que se pueda comprar en el país al que vas, ni lo introduzcas al país sin los permisos adecuados. ¿Acaso en tu país, en la farmacia o en el hospital, te darían un medicamento caducado, aunque hubiese caducado hace dos días? ¿No, ¿verdad? Pues en África, o cualquier otro destino del cooperante, tampoco.