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Medidas preventivas y de seguridad laboral, claves en la lucha contra las agresiones

Con motivo de la celebración del día europeo contra las agresiones a médicos y profesionales sanitarios, la OMC organiza una jornada el 11 de marzo en la que se presentarán los datos anuales y que contará con los testimonios de varias víctimas

El Dr. José Manuel Bendaña, secretario general del Colegio de Médicos de Ourense y miembro del Observatorio de Agresiones de la OMC, expone en esta entrevista a Médicos y Pacientes que para luchar contra las agresiones hacen falta «medidas preventivas, tanto formativas para el profesional en el manejo de situaciones de conflicto, como de seguridad laboral por parte del empleador».

Ahora que hay más conciencia sobre las agresiones y su impacto en los profesionales, ¿qué es necesario para que se denuncien todas las que se producen?

Es necesaria una ley específica que facilite que las víctimas de las agresiones no tengan que sufrir un calvario judicial para que al final el proceso termine con una sentencia que en muchos casos se resuelve con una multa irrisoria. Una ley específica que asegure que quien la haga la pague.

¿Cómo afecta este hecho a la labor profesional?

Las consecuencias son múltiples y variadas en función del tipo de agresión, la reiteración, la personalidad de la víctima y el tipo de trabajo que desempeñe. Puede ocurrir que se produzcan graves secuelas físicas o la muerte, psíquicas, como estrés postraumático o un grave desgaste profesional que afecte tanto a la víctima, como a los destinatarios de su trabajo, los pacientes. Por eso es importante atajar este problema.

Es una cuestión de salud pública.

¿Qué herramientas necesitan los médicos para hacer frente estas situaciones?

Respuestas rápidas y eficaces. Medidas preventivas, tanto formativas para el profesional en el manejo de situaciones de conflicto, como de seguridad laboral por parte del empleador, y desde luego eficaces y rápidas de resolución y condena cuando se produzca el hecho violento.

¿Cómo ha evolucionado el papel del Observatorio contra las agresiones tras casi 15 años?

Los logros obtenidos en la visibilización del problema han dado sus frutos, tanto a nivel nacional como internacional, facilitando que se constituya un grupo europeo e incluso iberoamericano para afrontar este problema. En la actualidad, además de seguir recogiendo información y trasladándola, tanto a la sociedad, como a los responsables políticos, estamos dando formación a nuestros profesionales, sumándose otros colectivos sanitarios.

Se instauró el 12 de marzo como el Día Europeo Contra las Agresiones al que se sumaron las instituciones europeas a iniciativa de la OMC, ¿qué ha supuesto este hecho?

Facilita la visibilización de este problema y sus consecuencias para toda la población, no sólo para los profesionales, y esperamos que facilite los cambios legislativos, laborales y sociales necesarios para su erradicación o minimización.

¿Qué más se puede hacer desde la OMC para acabar con esta lacra?

Continuar con lo que se está haciendo a nivel informativo a la sociedad y profesionales, formativo a nuestros colegiados/as con el soporte jurídico y social (seguros y PAIME) y de actividad interlocutora con los responsables políticos.

Necesitamos una ley específica contra las agresiones a sanitarios que mejore el último cambio legislativo que en algunos aspectos ha reducido las conductas agresivas a una mera falta administrativa, dando impunidad a estas conductas.

El curso de agresiones de la FFOMC ya ha formado a más de 2500 alumnos, ¿qué importancia tiene la formación en este ámbito?

Creemos que tiene un gran interés conocer el cómo y porqué se producen estas agresiones, sus consecuencias y proponer formas de evitarlas y afrontarlas, intentando minimizar el daño y sensibilizar a nuestros profesionales para comunicar y denunciar estas conductas.

¿Cómo es la colaboración con los interlocutores policiales?

Excelente. Siempre están dispuestos a colaborar en todas las actividades que les proponemos. Sería deseable conseguir que la denuncia en situ, que permitiría que durante la intervención policial se pudiese emplazar al agresor a una comparecencia judicial desde el primer momento, se pudiese generalizar a todos los ámbitos territoriales.

¿La telemedicina ha afectado la relación médico-paciente?¿Han aumentado las agresiones telemáticas y por redes sociales? ¿Cómo se puede trabajar en este ámbito?

Sin duda ha sido un cambio y no siempre para bien. Ciertamente las redes son caldo de cultivo para la agresión. Un mensaje falaz y violento contra un profesional o grupo profesional lanzado desde el anonimato y la impunidad puede viralizarse y convertir una mentira en un alud de violencia que haga mucho daño.

Creemos que los códigos éticos de las empresas que promueven estas redes deberían ser más activos en cuanto a erradicar estos comportamientos. La libertad no puede dar impunidad. En su defecto, los poderes públicos tendrán que ser quienes castiguen al agresor y a quien facilita que sus mensajes se difundan.