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Un estudio revela que la ansiedad por la pandemia alcanzó su punto máximo en mayo de 2020 a nivel mundial

La ansiedad y la depresión consecuencia de la pandemia alcanzaron su punto máximo en mayo de 2020 a nivel mundial, según una revisión de meta-análisis realizada por investigadores de la Universidad de Ottawa (Canadá), que ha confirmado la existencia de niveles elevados de malestar mental en todo el mundo durante la crisis sanitaria.

No obstante, se observó una disminución de estos síntomas entre el inicio de la pandemia y septiembre de 2021. Los investigadores examinaron 18 070 artículos publicados para incluir 64 estudios longitudinales en la revisión sistemática, que ofreció una imagen clara de la evolución del efecto de la pandemia en la salud mental mundial.
Publicada en el ‘Journal of Affective Disorders’, los investigadores descubrieron que los síntomas de ansiedad, depresión y trastorno de estrés postraumático (TEPT) eran más elevados en América del Norte en comparación con Europa, Asia y América Latina. De hecho, el malestar psicológico y el insomnio eran más frecuentes en América Latina y Europa.
«Este meta-análisis revela cómo la evolución de los problemas de salud mental está relacionada con la evolución de la pandemia, así como con los problemas sociales, económicos y sanitarios que la acompañan», afirma la directora del Laboratorio de Investigación sobre Vulnerabilidad, Trauma, Resiliencia y Cultura (V-TRaC) de la Universidad de Ottawa, la doctora Jude Mary Cénat. «Este estudio confirma que, a nivel mundial, la salud mental de las poblaciones se ha visto afectada por la pandemia de Covid-19», afirma Cénat.
A su juicio, los estudios futuros deberían informar «sistemáticamente» de los datos sobre el género, los grupos de edad, el nivel educativo, la etnia, la orientación sexual y el estatus migratorio para permitir una mejor comparación. También ayudarán a identificar los grupos que tienen más riesgo de sufrir problemas de salud mental», ha comentado.
Asimismo, también ha apuntado a la necesidad de realizar estudios adicionales en determinadas partes del mundo, como India, África, Oriente Medio y el Caribe, para comprender mejor las repercusiones a largo plazo de la pandemia de Covid-19 en la salud mental de diversas poblaciones.